Saturday, August 25, 2007

La Salvación de la Tierra V

Otra pequeña parte de esta novelita de ciencia ficción que estoy poniendo aquí con bastante lentitud y a sorbitos, porque voy traduciendo y modificando la versión original en inglés.

La Salvación de la Tierra V

Y entonces empezó a ser aceptado que la presencia de los extraterrestres había sido conocida en ciertos círculos por bastante tiempo. Que había abundantes huellas históricas y arqueológicas que parecían indicar visitas o quizás permanencias de los viajeros espaciales. Ciertos aspectos y figures de mitologías y religiones. Circulaba en Internet un artículo de un supuesto biólogo que pretendía explicar por la intromisión estelar la exist5encia de las plantas de repollo, sobre todo el repollo violeta, de aspecto tan foráneo, y por ejemplo las arañas, frente a las cuales todo ser humano desprevenido tiene automáticamente escalofríos. Pero leyendo con más atención quedaba en claro que se trataba de una broma, que por otro lado abría posibilidades inquietantes. Muchos autores que hasta el día de ayer se había considerado como meros charlatanes eran releídos con fervor. Reuniones apresuradas en la academia de la lengua de Suecia trataban de fundamentar la creación de una categoría en los premios Nobel para dar cabida a Von Daneken. Porque indiscutiblemente que éste era EL EVENTO, que además de haber sido tema de incontables novelas y películas de ciencia ficción, venía a cambiar la historia pasada de la humanidad al abrir enormes e increíbles posibilidades interpretativas, también modificaba, o mejor ponía un gran signo de interrogación al futuro de la especie. Era como si las últimas décadas, la llegada del Milenio hacía más de una década, las crisis bélicas y ambientales se convirtieran de repente en un telón de fondo, o mejor dicho una pantalla que todavía era atravesada por anécdotas en que todavía actuaban por inercia actores desganados. Una célebre actriz cuya cara y cuerpo se reproducía con frecuencia en los medios más importantes y universales declaró en una entrevista que sí, que ella había visto muchos OVNI, que en cada viaje por avión había visto por lo menos uno, pero que no había dicho nada porque no le iban a creer.

Era obvio que ellos no habían querido ser detectados, que a lo mejor eran los responsables de los raptos de los que millones de personas habían clamado ser objeto en todos los continentes, o la fuente de esas comunicaciones que muchos médiums antes ridiculizados se apresuraban ahora a reivindicar. Era posible que, gracias a su avanzada tecnología pudieran adoptar perfectos camuflajes. Volviendo a esa actriz y modelo, ella dijo que sí, que siempre había OVNIS sobre nuestras cabezas, observándonos, almacenando nuestros datos, muchas veces disfrazados de aviones. Y J. terminó de leer la entrevista en la sección cultural del periódico y sonrió para sí, quizás para el asombro o molestia de algún otro parroquiano que lo estuviera mirando, terminó su café que ya se enfriaba y decidió tragarse su orgullo herido y llamar por teléfono a Jacqueline. Tenía que comentar estos sucesos con alguna persona cercana y pensaba que quizás la mejor manera de que ella no le cortara el teléfono a los pocos segundos era iniciar la conversación con este tema que estaba en la mente y la boca de todos, y que era un excusa para romper todas las formalidades, suspender todos los juicios, evitar todos los pequeños problemas y en su caso las equivocaciones y malentendidos de su ambigua relación, barriendo toda esa tierrita bajo esta gran alfombra que iba a tapar todo lo anterior y que ya relativizaba todos los problemas, para todo el mundo, para siempre, en todo el planeta. Incluso (esperaba) el hecho de que ella le había dicho hacía unas semanas que no iba a seguir viéndolo, ni hablando con él virtualmente o por teléfono, tomándose su café sentada frente a él, al otro lado de la mesa, en este mismo boliche, mirándolo con sus ojos grandes, claros, que no pestañaban casi nunca, o a él le parecía, que era otra cosa, que no tenía nada que ver con él (¿Y con quién entonces, se había preguntado él, por supuesto no le había preguntado para no parecer celoso, después de todo y oficialmente, no eran más que amigos).

Jorge Etcheverry Arcaya

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Ottawa, Ontario, Canada
Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces

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Chile, 2005, Foto de Patricio Luco. Se pueden ver en esta "Biblioteca mínima indispensable" el Manual de Carreño, el Manifiesto Comunista y Mi Lucha

Chile, 2005

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Una foto con el vate Nicanor Parra, candidato al premio Nobel de Literatura