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Blogista de algún modo personal, pero que acepta anuncios, colaboraciones y comentarios de lectores y etcheverroides. Dedicada sobre todo a textos, literatura (eventos, artículos, crítica, metacrítica, etc.), política en sentido amplio--y en el otro-- e ideas. Dirigir la correspondencia a jorgecheverry@yahoo.com o a jorgeetcheverry@rogers.com
Thursday, November 19, 2015
Para Jorge Etcheverry en sus 70 años !!!
Sunday, October 11, 2015
en la pieza
Jorge Etcheverry
Estábamos en esa habitación, en esa casa, sin saber a ciencia cierta qué esperar, pero de pronto y con el paso de las horas se encrespa la situación. Todos esperan algo pero sin saber a ciencia cierta qué. O cambiamos el escenario y se trata de un café en que salvo contadas excepciones la gente opera y mira sus tabletas—juntos en el espacio físico pero separados cada uno en su mundo en pantalla. En un horizonte vislumbrado se despliega la imagen ambigua de una mujer erguida cuyas mitades corporales se disputan una gama de colores y otra de sombras. Aterricemos eso y achaquémoslo a un sueño que alguna vez tuvimos. Tratemos de despojarlo todo de cualquier matiz trascendente o adivinatorio mientras nos tomamos el primer café del día. Afuera el cielo se lo disputan palomas y cuervos
Monday, September 28, 2015
Poe-sillas
Nieves Fuenzalida
Derrumbe.
Borracha
de
versos
de
Abril,
la vieja
máquina
de
escribir
se derrumó
en
el teclado
entre
la "A"
y
la "Z"
cansada de escribir
Lana azul.
Tejeré
un suéter
con
la lana azul
de
las palabras.
Los sustantivos
y
los adjetivos
con
puntos
de arroz.
Los verbos
y
adverbios
con
puntos
de
amapolas.
Bordaré
los puntos
y
las comas
con
los hilos dorados
del
sol.
La fuga.
Dicen
que
la noche
se
fugó
con
la luna
y
dejó
las estrellas
en
el día.
Amor !!!
Nieves.
Ottawa, Ontario, 26 de Septiembre, 2015.
Derrumbe.
Borracha
de
versos
de
Abril,
la vieja
máquina
de
escribir
se derrumó
en
el teclado
entre
la "A"
y
la "Z"
cansada de escribir
Lana azul.
Tejeré
un suéter
con
la lana azul
de
las palabras.
Los sustantivos
y
los adjetivos
con
puntos
de arroz.
Los verbos
y
adverbios
con
puntos
de
amapolas.
Bordaré
los puntos
y
las comas
con
los hilos dorados
del
sol.
La fuga.
Dicen
que
la noche
se
fugó
con
la luna
y
dejó
las estrellas
en
el día.
Amor !!!
Nieves.
Ottawa, Ontario, 26 de Septiembre, 2015.
Sunday, September 13, 2015
Globalización, virtualidad, poesía y política
Jorge Etcheverry Arcaya
La
globalización cuenta como parte imprescindible con el desarrollo de la
comunicación electrónica, que a la vez que mantiene a los diversos grupos de
interés y al público en general informado más allá y a pesar de los medios de
comunicación oficiales y de corriente principal de los países. Esto ha cambiado
el modo de relación y de obtención de espacio y presencia de los poetas, en
este caso de los poetas de lengua española que viven en Canadá, ya que les ha
dado una vinculación casi instantánea con el país o región de origen en la
esfera virtual, poniendo el contacto al ciberpoeta con sus congéneres poetas,
amigos y enemigos.
Esta,
por así decir, anulación de la distancia y la mediatización, y de alguna
manera, de una parte importante de la vivencia y sicología del trasplante, no
tan sólo para el poeta, sino para toda migración, o extrañamiento, se ve
ayudada por el surgimiento, también bastante reciente, de la tarjeta de llamada
telefónica y la televisión vía satélite, que han cambiado fundamentalmente la
realidad de la inmigración o el exilio. Se puede dar el caso de una persona,
poeta o no, que vive y trabaja en un país, pero cuyo entretenimiento,
preocupaciones políticas, eventos deportivos, telenovelas y noticias
televisivas y gran parte de su interacción social se da ‘a la distancia’. Ayer
por la noche veía una película argentina en que un personaje le dice a otro que
él no ve cine argentino, y el otro, que es actor, le responde que el no ve
realidad argentina.
La comunicación virtual nos ha permitido
un grado de reinserción en el ambiente originario. Por ejemplo, la única
aparición colectiva en Chile de poetas chilenos radicados en Canadá se hizo
inicialmente y hasta no hace mucho, a través de un portal de literatura chilena
de gran prestigio internacional y fuertemente combatido por ciertos elementos
de la institucionalidad literaria y cultural chilena: Escritores.cl, tarea
monumental que sostuvo por unos años el poeta y escritor Ernesto Lánger, en
Chile. En general, el acceso a tecnología sofisticada y relativamente barata
respecto a los países del así llamado ‘sur’ ha dado una inesperada ventaja a
los poetas hispanocanadienses, brindándoles además de la presencia virtual
antes mencionada, una posibilidad de gestión cultural respecto al país o la zona
de origen, llegando incluso a influir en la distribución del espacio acordado a
los autores así llamados ‘del interior’ por la institucionalidad cultural y
literaria chilenas de ‘corriente principal’. En este sentido, el sitio
Poetas.com, impulsado por el poeta Elías Letelier, no sólo ha logrado la
difusión de poesía y artículos comprometidos de poetas latino canadienses, sino
de toda Latinoamérica, convirtiéndose en un centro de referencia mundial
virtual de los autores progresistas.
Dentro
del ejemplo chileno, con el que estoy más familiarizado, pero que se puede
hacer extensivo en general, la difusión virtual, por su facilidad de acceso,
rapidez, fluidez y frecuente descuido, no es aún considerada al mismo nivel que
los textos publicados, y esto se ha puesto de algún modo al servicio de la
pugna por espacio entre escritores ‘del interior’ y de la ‘diáspora’. El poeta,
académico y periodista virtual Javier Campos, residente en Estados Unidos
manifiestaba este problema, afirmando implícitamente su validez general para
los escritores chilenos en la así llamada ‘diáspora’.
Pero
esta nueva dimensión de la virtualidad ha permitido a los poetas hispano
canadienses no sólo salvar la distancia respecto al país de origen, sino la
vinculación con otras revistas o portales virtuales de habla hispana existentes
en todo el mundo, creando una especie de comunidad virtual que permite toda
suerte de proyectos comunes. Como el resto de la comunidad literaria y lectora,
los escritores y poetas especialmente desde Canadá, país con alto grado de
virtualización y acceso rápido y barato a la red mundial, se han visto
obligados a hacer públicas sus opiniones respecto a la guerra –ocupación de
Irak, la ejecución y sentencias del régimen de Cuba, etc. Personalmente, nuca
había leído tanta declaración de intelectuales, escritores, artistas y poetas.
Nunca había tenido antes la oportunidad de expresar mis opiniones políticas y
culturales con tanta frecuencia y para un público (virtual en ambos sentidos)
tan extenso.
Asediada por la solicitación de la
globalización, que impone formatos, temáticas y sistemas de intercambio, la
poesía latinoamericana que se hace en Canadá está en vías de desarrollar un
nicho bastante específico en la literatura canadiense. Me atrevería a decir que
es la literatura más importante, por su propia abundancia y mérito, después de
la literatura en francés y en inglés.
Esto
por supuesto, incluye a la poesía, que es el medio de expresión preferido de
los autores hispanoamericanos en Canadá, aunque en sí misma carece de otra
homogeneidad que no sea la lingüística. Por ejemplo, desde la obsolescencia del
discurso literario normativo institucional como la única norma general de la
‘buena’ literatura, las comunidades y los discursos antes marginados se han establecido
o han ingresado al ámbito de lo canónico, y han logrado carta de aceptación
otros discursos que lindan con la expresión personal ante los avatares de la
existencia en un estado de cosas determinado o con el testimonio.
Aparte
de un florecimiento de discursos, temáticas, tradiciones y estilos que
reproducen el microuniverso latinoamericano en Canadá, patente por ejemplo en
la antología Boreal de poesía latinoamericana en Canadá, este fenómeno que
confronta a la institucionalidad literaria con formas emergentes, está pasando
a ocupar un importan espacio virtual. Pensamos que el nacimiento de este sitio
le otorga un rostro con facciones distintivas a esta poesía y escrituras
canadienses en español, o hispanohablantes en Canadá, con sus características
de ‘nostalgia y presencia’, de alineación y rebeldía, de indigenismo,
vanguardia, utopía y compromiso.
Monday, August 10, 2015
Dos textos
Jorge Etcheverry
El
testamento de Elizondo
La familia se congregó en el despacho del
abogado. Después de casi una hora una secretaria de pelo platinado
restregándose las manos informó a los concurrentes, sumidos en la meditación
expectante, el aburrimiento y la ansiedad que el abogado Romero, encargado por
la firma para el caso no había aparecido esa mañana. Se lo esperaba a las diez
pero eran más de las once, eso no lo dijo pero estaba en la mente de los
concurrentes. Un joven de cara larga, de terno, consultó su reloj, miró a la
niña pero no dijo nada. La familia de Elizondo debía esperar o ausentarse de la
firma, abandonar el despacho. La natural inquietud de los concurrentes, la
nerviosidad de la funcionaria de la firma, una de las más prestigiosas,
indicaban lo inusual e inesperado de la situación. Algunos parientes venidos de
otros países no sabían a qué atenerse: ¿era común ese tipo de situación?
De
vejeces y metapoesía
Como poema tan ágrafo como injustificado
Fruto de la pluma ininteligible de un dios hipostasiado y personificado
El hado se cierne ocultando los finales de los versos encerrándolos en
marcos tan definitivos como engañadores
Mejor como volutas de un cigarrillo sin forma
Emitidas por una boca inimaginable
Pero otra vez estamos personificando
Así como agnósticos contemporáneos y ya calmos de las necesidades
corporales—en general
Titilando al borde de la extinción corporal que se perfila en el vacío de
los sueños
El poeta viejo intenta delinear la figura del universo
Las neuronas menguantes no ayudan
Sin embargo sin mayor esfuerzo las dualidades
Se abren como piernas variadas otrora
El centro vellosos el tao
Y se dice tomándose el último trago
Encendiendo el último cigarro de la noche
Esta visión machista del universo nos acompañará hasta el último
Ya estamos muy viejos
Y quizás los gerundios nos seguirán penando
Hasta el final
Como poema tan ágrafo como injustificado
Fruto de la pluma ininteligible de un dios hipostasiado y personificado
El hado se cierne ocultando los finales de los versos encerrándolos en
marcos tan definitivos como engañadores
Mejor como volutas de un cigarrillo sin forma
Emitidas por una boca inimaginable
Pero otra vez estamos personificando
Así como agnósticos contemporáneos y ya calmos de las necesidades
corporales—en general
Titilando al borde de la extinción corporal que se perfila en el vacío de
los sueños
El poeta viejo intenta delinear la figura del universo
Las neuronas menguantes no ayudan
Sin embargo sin mayor esfuerzo las dualidades
Se abren como piernas variadas otrora
El centro vellosos el tao
Y se dice tomándose el último trago
Encendiendo el último cigarro de la noche
Esta visión machista del universo nos acompañará hasta el último
Ya estamos muy viejos
Y quizás los gerundios nos seguirán penando
Hasta el final
Tuesday, July 28, 2015
DIÁLOGO (POESÍA A DOS COLORES DE VOZ. ELLA. ÉL.)
Alina
Velazco-Ramos
Tú eres tu mejor y tu peor
juez.
Tú
eres mi mejor y peor conciencia.
Tú eres mi mejor y peor amante.
Tú
eres mi mejor y peor ausencia.
Tú eres mi mejor amiga.
Tú
no quieres ser mi amor.
Tú eres mi amor improbable.
Y
tú mi amor inalcanzable.
Eres mi amor imposible.
Posiblemente
algún día.
Posiblemente hasta dos…
¿Es
cierto, es real?
Nunca te he dado esperanzas sin
sentido.
Solo
nos queda aguardar, iniciar la cuenta regresiva.
Vivir sin límites, sin
prejuicios, casi sin esperanza ese par de días.
Solo
hedonismo.
Entre tú y yo.
Sin
tiempo.
Sin lugar.
Solo
piel.
Solo besos, humedades y
¿Llanto?
Nunca,
excepto el de mi sexo.
Y el del mío también.
¿Entonces
es un trato?
Sí.
Nuestro
breve tango en París.
¿Con mantequilla incluida?
Con
todos tus sueños y fantasias…
Monday, June 15, 2015
DE LA VANGUARDIA A LA ANTIPOESÍA: LOS PREMIOS DEL ALBA VOLANTE
El Alba Volante, básicamente un blog, pero también un presunto sub sello editorial de La cita trunca, con sede en Ottawa, Canadá, decidió, cuando los medios y la oportunidad se dieran, instaurar un premio a diversas concreciones de la poesía en castellano. Este premio, que se quiere y se pretende anual—sujeto a los medios disponibles, como se decía, y que carece de apoyo institucional, ha discernido hasta ahora dos instancias, la primera a la poesía de vanguardia y la segunda a la antipoesía. Puede resultar curioso este ir de la vanguardia a la antipoesía. En una nota del artículo de Salvador Galán Moreu Antipoesía e ironía: una introducción (Universidad Autónoma de Madrid) se registra esta supuesta contradicción mía, “…Son numerosas las voces significativas que lo proponen para el Nobel. Es el caso del también chileno Jorge Etcheverry perteneciente a la escuela de Santiago, hornada literaria surgida en los años 60 y antiparrista declarada, que expone sus razones en el artículo “Por qué Parra, por qué ahora”, incluido en la revista la cita Trunca Ottawa Editorial Poetas Antiimperialistas de América el 22 de Septiembre de 2005 y consultado en el sitio web:http://etcheverry.info/hoja/catastro/notas/article_272.shtml. Esto porque si bien en la actualidad la poesía cumple un importante papel en la manifestación de lo que podríamos llamar el consenso humanista, las formas de poesía que tienden a revitalizar y transformar el lenguaje y la perspectiva poética permiten la continua renovación del género. Esto debido a que la reiteración, fundamental para que exista comunicación—ha crecido sustancialmente con las tecnologías de información y comunicaciones, especialmente la internet—amenazando más que antes convertir a la poesía—como pasa con todas las expresiones literarias—en un muestrario de clichés y lugares comunes, haciéndola perder su eficacia y convertirse en una simple reafirmación de las convicciones del grupo que las emite, cuyas convicciones y estética consolida, lo que es importante, pero de lo que no trasciende hacia otros posibles lectores o escuchas. Por otro lado, las compilaciones y premios temáticos son abundantes, y por eso hasta ahora hemos preferido las maneras o estilos, antes que los contenidos. Esto puede cambiar en el futuro y estamos barajando posibilidades para un tercer torneo, que podrían ser el texto intergenérico, o, si se tratara de contenido, la poesía femenina, ambiental, de resistencia o revolucionaria, en fin alguno de los elementos temáticos que juegan un papel en el proceso actual de axiologización acentuada de la poesía. En fin, en el intertanto les damos a conocer a los lectores los ganadores de las dos versiones de este premio hasta ahora, que no han estado ausentes de polémica, cuya aceptación ha sido masiva y que se realiza exclusivamente por medio de la internet.
Premio del primer concurso de poesía en castellano Alba Volante: La vanguardia
La maquinaria de los pájaros
Poemas destacados del concurso de poesía de vanguardia Alba volante
Lista de poemas destacados
Premio del segundo concurso de poesía en castellano Alba Volante: La antipoesía
Variaciones sobre el tema
(de la revista Qantati)
Premio del primer concurso de poesía en castellano Alba Volante: La vanguardia
La maquinaria de los pájaros
Poemas destacados del concurso de poesía de vanguardia Alba volante
Lista de poemas destacados
Premio del segundo concurso de poesía en castellano Alba Volante: La antipoesía
Variaciones sobre el tema
(de la revista Qantati)
Wednesday, April 15, 2015
El falso profeta
Jorge Etcheverry
VII
VII
Faltándome
el financiamiento rastreable y el oculto del falso profeta, abandonado por ex
partidarios en su mayor parte por problemas de vejez, enfermedad o falta de
interés, me dejaba caer a eso de las doce a un mall nuevo que hicieron hace
poco donde comía muestras de pan, chips, galletas, y cubitos de frutas como
piña y sandía, incluso torrejas de diversos tipos de salchicha o chorizo o
minialbóndiga (meat balls). A unas doce cuadras hay un supermercado donde pude
degustar espárragos envueltos en tocino, un par de camarones en una salsa, un
guiso de salmón. Pero eso está vedado para el tipo o la mujer de la calle de
corriente principal (mainstream), con sus prendan que no armonizan, su mirada
extraviada—muchos de ellos enfermos mentales lanzados a las calles para que el
sistema ahorre en internación y tratamiento. Con (casi) remordimiento me dirijo
a un café para pensar o anotar los próximos pasos a seguir en esta impenitente
cruzada, nombre que adopto del lenguaje común dejando afuera las connotaciones
religiosas
Los pájaros
se levantan desde el cauce de ríos medio congelados que atraviesan esta
conglomeración urbana, no por designio arquitectónico sino por la testarudez de
la niña esta, la natura y esbozan sus círculos que para un espectador son casuales,
pero que encierran en esas máquinas aparentemente endebles—sino cómo se pueden
remontar así, como si tal cosa—pero diseñadas con una obsesiva minuciosidad.
Eso si uno fuera de ese lote que cree que algún dios allá arriba diseño y armó
todo este asunto. Pero no es el caso nuestro
Nuestros
antepasados prevascos cuyo reconocimiento como el pueblo originario de Europa
causaría dolores de cabeza a investigadores, centros universitarios, think
tanks en la Comunidad Europea, Norteamérica, etc. llamaban a esa niña a que nos
referíamos Mari, en un pobre ejemplo de adoptar un nombre de la lengua de los
conquistadores godos, para ver si los dejaban tranquilos. Pero no somos
antropólogos ni etnólogos ni estamos adscritos a una universidad. Dios (que no
existe) nos libre
Saturday, April 4, 2015
Nota de lectura de “Bíblica” de Géyser López
Jorge Etcheverry
Pese a la
presencia de nuevas y pujantes tendencias en la poesía en castellano (que en
realidad ahora se llama español), como la antipoesía o la cronipoesía, o la
poesía que es la expresión de las condiciones
socioculturales de su surgimiento, tendencias sexuales, origen étnico,
afiliación religiosa o compromiso político, se puede decir que la poesía lírica
todavía reina—casi—indiscutida. Pero—como en el caso de este poemario—le es
necesario mantener un nivel alto de escritura para destacarse en el abigarrado universo poético actual. No hace
mucho y dentro de su discurso del día de su asunción del cargo, el presidente
Vázquez (de Uruguay) dijo que “la
cultura, sin duda, es un territorio de libertad, un lugar de encuentro
democrático, un espacio para la creación colectiva y permanente de valores, de
principios y de identidad de una sociedad.” Así en estos tiempos convulsos y
que pueden señalar el alumbramiento de
nueva era o la apertura de la fosa de la humanidad, la poesía crece y se
multiplica en asociaciones mundiales de sus cultores y amantes y se intenta
establecer redes de hermandad y preservación de los valores humanos utilizando
los nuevos medios de comunicación.. Valga este preámbulo para señalar cómo se
ubica en este contexto la obra de este poeta. Predominantemente líricas, la
poesía—y la prosa poética del autor incluidas en este libro—son muestra acabada y cuidada de poesía lírica,
con un dejo existencial profundo. Si nos fijamos en algunos elementos de
contenido, veremos que en este libro hay
versión muy singular de la rica y larga tradición del libro de poemas
que rescata, rememora, discierne la experiencia y restaña el dolor del amor. El
prójimo, el otro (la otra) es un tema central en este poemario, y ya aparece en
el primer poema. Se trata de relación,
suponemos rica pero ya perdida, desde un presente rememorativo que nos
introduce al poemario:
Quise pensar que a posterior
sería especie
de amitié déguisée,
reflexión tonta,
supongo,
pero esa tentativa
conjugó todas mis gravedades.
El
carácter como proyecto pone a este libro en la tradición que combina la lo
numinoso con lo sentimental/erótico, de Juan de la Cruz o Teresa de Ávila, que
proporciona un marco de tradición para un tipo de lectura y que se anuncia en
el título, la dedicatoria y el primer epígrafe, pero tan solo eso, ya que aquí
la temática se despliega hacia caminos muy especiales y ambiguos. Así, los
epígrafes bíblicos, los aspectos escriturales o de discurso o la atmósfera
profética presentes en el texto aluden a esa trascendencia, combinada
con o manifestada en el elemento erótico y sentimental, que raramente llega a
lo carnal, y que cuando lo hace se reviste de
una ambigüedad que da profundidad connotativa al texto. Lo espiritual se
combina con lo cotidiano y anecdótico, y ¿Por qué no? con el elemento voyerista y la culpa. La imprecisión con que
se entregan vistazos o esguinces abre a
la vez todo un abanico de posibilidades
insinuadas que instauran el marco o telón de fondo donde se instala o despliega
esta poesía de lenguaje acotado. A lo largo del libro se siguen y entrelazan
las alternativas y mutaciones del amor, en sus aspectos negativos y positivos:
“A escondidas te observaba
con mis peores ojos
para que el ejercicio fuese
hermosa
manera de indignarte. (p.4)
como decíamos la trascendencia es explícitamente
numinosa y se inscribe en sus referencias culturales en la tradición bíblica
judeo cristiana, cuya divinidad en definitiva soporta este universo reflejo:
“Si Dios no hubiese inventado
la mar
ni el sol,
en aquella ancha angostura de
tierra,
nunca el azar nos hubiese
elegido”. (p.26)
Hay ecos que
se resuelven en esta versión de la Rosa de Sharón que es la amada. El texto se
construye como confesión que introduce a
un interlocutor a quien se dirige el poema—porque pensamos que se trata de un
poema largo-- y que le permite estructurarlo. Este privilegiado interlocutor
puede ser divino y a veces adopta la faz de la interlocutora, o de la escritura
misma: “Yo confieso ante el papel todo poderoso y ante ustedes hermanos que he
pecado mucho. (p.16)—o la insinúa—o la de un alter
ego:
“Confiésame --juro no hablar—si ya en
la Creación lo pensaste; dejarme sin cambio para que ella bajo el inhóspito
aguacero me observara tarde de noviembre
mientras rebuscaba en su bolso las tres monedas que me faltaban” (p. 6)
“Ahora entiéndeme: yo no quiero luz ajena. Solo la tuya pero a través de ella.”(p.11)
Esto además siguiendo o agregando a
otra tradición, la de un cierto romanticismo, la de la mujer como “el reposo
del guerrero”, el amor que es también la droga que permite el escape de la opresiva,
repetitiva y gris cotidianidad:
“Por qué el televisor sin energía y
obligarme a salir de mis muebles tan acomodados. Por qué el minuto de verla en
su esquina secándose furtivamente los pechos y luego observarme con sus dos
bolas hambrientas de selva” (p. 6)
Pero el hechizo de la droga se
convierte inevitablemente en hábito y se subsume en lo cotidiano, la novedad se
gasta, el milagro se cotidianiza:
“Te veo y me asfixian
estas
ganas terribles
de repararte…..
“Seamos primos.
Y complazcámonos
en la estulticia,
en la sempiterna estupidez
de ser primos para siempre”. (p.8)
aún
queda la memoria que a la vez que selecciona, rescata y condena
“…te extrañé tanto
que busqué el libro que me
leíste
y al abrirlo,
empecé a besarlo
por toda sus esquinas”. (p.12)
también
aparecen los motivos de la no consumación y la culpa que se anuncian como otras
hebras en la experiencia de lectura de este libro:
“Pero queda aún el rédito de imaginar, hoy, en
nuestros aposentos distantes y cagados, en nuestra perentoria vejez, que esas
grietas moradas sobre esa boca tuya y que ya no te sirve, las produjo nuestro
pacto inconcluso. Fue la firma de eso que jamás tuvo lugar en tus labios:
mis
dientes”. (p.16)
El reconocimiento de sí en la mirada del
otro— o la otra, interlocutores privilegiados por un acto arbitrario o las
circunstancias, pero también encarnación de una voluntad y existencia superior, quizás ese mismo
interlocutor privilegiado a quien se dirige la confesión que este poema, y que
esboza para el emisor poético mismo, la imagen de sí mismo, su única
posibilidad de autoconocimiento:
“Yo también nací, aunque no
lo creas.
Fui pequeño, inquieto, redondo” (p.21), o
“Hallé mi silueta
en el inmenso lago
de tu pupila”. (p.17)
y en otro ejemplo: “Yo también nací, aunque no lo creas. Fui pequeño,
inquieto, redondo. Tuve tus miembros.” (p. 21)
Pero
este proceso de la mirada entrega también el reflejo del otro (la otra): “Desde que naciste, te has estado muriendo. Llegó el momento de arrojarme tu
último grito y blandirme la cara como esas tormentas que doblan en C el metal
de los semáforos. Firma. Firma aquí en mis ojos, en estos bolsillos que de ti
se engordan por última vez” (p.24) Este proceso—de espejos—culmina en el poema
final, diálogo entre el poeta y la
interlocutora, en que ella asume finalmente una voz asume una voz:
Sí, yo;
la que pensé
que lo era todo; (P. 32)
queda la defensa de la memoria y la
salvaguarda—de los hechos, de unos mismo—quizás no resignada y quizás condenada
a la disminución, al polvo que paulatinamente oculta y esencializa los
monumentos:
“Yo viviré aquí
como línea larga
que todo lo soporta.
Muscularé
tu espíritu,
defenderé
tu casa si alguna vez
el moho desobedece.” (p.19)
Luego de estos atisbos,
volvamos un poco al inicio de esta nota. Alguna vez Sartre escribió que lo que
separa a la poesía de la prosa es la materialidad del lenguaje, ya que en esta
última el lenguaje desaparece para dar lugar al contenido. Pero el contenido en
la poesía contemporánea con sus exigencias de comunicación de contenidos para
proclamar y compartir de manera inmediata, hace que la poesía sea por así
decirlo menos densa lingüísticamente. No e el cao de este texto, a veces
difícil y lleno de claves, sucinto y apretado cuya lectura constituye un
desafío.
Ottawa-2015
Thursday, April 2, 2015
Mari
Jorge Etcheverry
Te escapas para luego aparecer en el ángulo de alguna esquina insospechada, cuando íbamos a comprar el diario que todavía leemos en versión impresa cuando nos tomamos un café. Nunca tuve tu número. Después, hace poco, me lo diste, pero ya no hay teléfonos públicos y todos menos yo andan con celulares. Si me paro a ver algo en algún escaparate creo verte que miras por encima del hombro. Me doy vuelta. Ya no estás. O era otra persona, a veces ni siquiera una mujer
No te escondas para vivir en ese cerro ni en ningún otro. Sale aunque sea sólo por la noche para peinarte la cabellera, para alumbrarlo todo con tus ojos de esmeralda. No te ostentarás en escudos, yelmos ni tapices. Tus damas de compañía iluminarán innúmeras noches con sus cuerpos ardiendo
Te escapas para luego aparecer en el ángulo de alguna esquina insospechada, cuando íbamos a comprar el diario que todavía leemos en versión impresa cuando nos tomamos un café. Nunca tuve tu número. Después, hace poco, me lo diste, pero ya no hay teléfonos públicos y todos menos yo andan con celulares. Si me paro a ver algo en algún escaparate creo verte que miras por encima del hombro. Me doy vuelta. Ya no estás. O era otra persona, a veces ni siquiera una mujer
No te escondas para vivir en ese cerro ni en ningún otro. Sale aunque sea sólo por la noche para peinarte la cabellera, para alumbrarlo todo con tus ojos de esmeralda. No te ostentarás en escudos, yelmos ni tapices. Tus damas de compañía iluminarán innúmeras noches con sus cuerpos ardiendo
Inasible te urdes en torno a ti misma como una
trenza rapunceliana, como una doble cadena cromosómica, cuyas hélices abarcan
los tiempos verbales pasados y futuros de esa lengua enrevesada que a estas
alturas ya no me será dado aprender ni menos ejercitar en los trabajos y los
días
Otros nombres más nuevos, otras consejas te
darán otro rostro y te inscribirán en las estelas. Hijas tuyas que a lo mejor
te ignoran. No así yo que te presiento. En estas ciudades de ahora creo incluso
verteTuesday, March 17, 2015
El falso profeta V
Jorge Etcheverry
El horror que se despliega se expresa con una sintaxis de crucifixiones decapitaciones. Se llena de tierra lentamente la boca de los enterrados vivos. Todo un hemisferio se apresta a decorar su versión de la economía de mercado con las babas sangrientas de una boa que a lo mejor se agazapa en lo que se llamaba inconsciente colectivo. La mueca sardónica del dios de turno bebe torrentes de sangre mientras sus sacerdotes recitan los mantras sagrados ebrios de la exaltación del aniquilamiento. Esas eran las parareflexiones que me agitaban la mente cuando minuciosamente y al nivel de mis escasas posibilidades reconstruía los pasos del falso profeta. Los sueños inconfesados de millones de personas normales se alimentaban en las fogatas humanas. El sangramiento de una mujer cuya sangre era recogida en un balde. Las ejecuciones colectivas de los narcos se aliaban con las inmolaciones rituales bajo el palio de la conciencia del espectador semiadormecido con la vista fija en su tableta
El horror que se despliega se expresa con una sintaxis de crucifixiones decapitaciones. Se llena de tierra lentamente la boca de los enterrados vivos. Todo un hemisferio se apresta a decorar su versión de la economía de mercado con las babas sangrientas de una boa que a lo mejor se agazapa en lo que se llamaba inconsciente colectivo. La mueca sardónica del dios de turno bebe torrentes de sangre mientras sus sacerdotes recitan los mantras sagrados ebrios de la exaltación del aniquilamiento. Esas eran las parareflexiones que me agitaban la mente cuando minuciosamente y al nivel de mis escasas posibilidades reconstruía los pasos del falso profeta. Los sueños inconfesados de millones de personas normales se alimentaban en las fogatas humanas. El sangramiento de una mujer cuya sangre era recogida en un balde. Las ejecuciones colectivas de los narcos se aliaban con las inmolaciones rituales bajo el palio de la conciencia del espectador semiadormecido con la vista fija en su tableta
Thursday, March 12, 2015
Trenzar.
Nieves Fuenzalida
y la piel del amanecer.
A la trenza la encintó
con un arcoiris
que salió de los rocíos
de lluvias que lanzaba
la vida escondida
detrás de narrativas
de ontologías metafísicas.
Nieves.
11 de Marzo del 2015, Ottawa, Ontario.
Trenzar.
El amor trenzó
mi piel con tu piely la piel del amanecer.
A la trenza la encintó
con un arcoiris
que salió de los rocíos
de lluvias que lanzaba
la vida escondida
detrás de narrativas
de ontologías metafísicas.
Nieves.
11 de Marzo del 2015, Ottawa, Ontario.
Monday, February 9, 2015
El falso profeta IV
Jorge Etcheverry Arcaya
Dime cuenta entonces que estaba desbrujuleado, que por seguir de
la mejor manera posible mis impulsos, llevando por esa noción en la que esa cosa de la vitalidad, de los
instintos, de obedecer a eso que se
llama el inconsciente que nos penaba antes cuando la razón era ama y señora me
lancé a escribir y a vivir en consonancia, una cierta cosa, en realidad no
existía la vanguardia, no había existido nunca, se trataba de poder captar lo
que estaba latiendo en los tropismos de todo un género, una especie, que ahora
parecía que por fin se estaba encaminando a su extinción. Es que con un
poqueque de masoquismo caído, con un ojo siempre puesto en la fuente de los
morlacos, las menciones en artículos, las críticas donde convenía , pero al
mismo tiempo haciendo sus numeritos, tomando, botándose a la bohemia para
hacerse atractivos, los poetas estaban con el ojo al charqui para ver que
podían sacar de todo esto.
A eso no me ayudaba mi capacidad de meterme
en toda clase de líos, ya sea de mujeres—debo reconocer que soy positivamente
hetero—políticos, incluso cargando fierros cuando se suponía que había que
cargarlos—y salir más o menos indemne hasta la otra vuelta, mientras mis
coetáneos con menos dotes genéticas y un poco más lentos de sesera, o más
vivarachos terminaban ya sea en la tumba o en las academias, con un buen pasar
y con los galardones de las pasadas aventurillas para engalanar sus currículums
Llegado a la edad en que ya se avizora la
mina definitiva, la muerte que se sigue representando a la femenina, con
vestido largo y negro, delgadita decidí que había que buscar la madre del
cordero, total los otros ya se estaban jubilando de las pegas y ya no podían tirar como antes, tomar como antes, incluso
comer como antes se convertían en otros viejos como los otros más dejados de la
mano de dios, con las mismas limitaciones y traban de que les reconocieran el
bolichito que se habían armado, los
despelotes en que se habían metido, para ver si se les concedía un lugarcito en
los libros de historia.
Algunos rememoraban con ternura, con lágrimas
en los ojos, las andanzas juveniles y parecían querer decir que eran los mismos
de antes, de los años bravos, pero no nos convencían y no se convencían ellos
tampoco, pero nosotros, por nuestra parte y a medida de nuestras limitaciones, estábamos
en las mismas
Tuesday, January 27, 2015
Una antología con bemoles
una crónica del abuelo
—Bueno, ¿y qué tema tienes pensado?—
“mira, el tema es lo de menos, cualquier tema, ahora están por ejemplo las cosas relacionadas con el medio ambiente, la paz, los derechos de las mujeres, su poesía, los pueblos indígenas, la cosa del Medio Oriente, aunque lo palestino está muy parqueado, creo que eso es lo que está sonando más ahora”
—Pero mira, eso está re hecho, además para que se note, habría que conseguirse algunos nombres famosos, para eso se necesita guita, o contactos políticos, institucionales gordos, además de que es difícil que quieran participar en una editorial chica, que no conoce casi nadie, sin ofender—
“No, si no me ofendo, de eso se trata pues cumpa, de que quiero tirar esto pa’arriba de una vez, o todo o nada, estoy aburrido de andar mascando lauchas con esta editorial ratona, perdonando la redundancia”
—Mira, eso de la editorial desconocida que se apunta el tremendo poroto y empieza a vender como pan caliente, a salir en las noticias, son puros cuentos. No te niego que a lo mejor pase, es teóricamente posible que alguno o alguna de los antologados jóvenes, que se inician, o que están empezando, se llegue a convertir en un pescado gordo y entonces se va a decir que empezó a publicar en una oscura editorial, etc. (y ahí viene el nombre de la tuya), pero para entonces tú (y yo) vamos a estar re muertos. A lo mejor el diablo o el tatita dios nos llegan con la noticia en el otro mundo, si existe, o mejor, una de las cuarentaytantas vírgenes del otro paraíso ese que está de moda, pero que si nos morimos de viejos no nos van a servir de mucho tampoco—
“La revolución, entonces, ese tema está de actualidad, en Europa del este, en el Medio Oriente, en América Latina, donde mires, el capitalismo está en crisis en todo el mundo, ¿o no?. Vamos a recibir montones de colaboraciones, de todo el mundo, entre nosotros, podemos leer y traducir más o menos por lo menos del inglés, el francés, a mí si me apuran, desde el portugués y el italiano”
—Oye, pero de qué revolución me estás hablando, de los conflictos nacionales, étnicos, religiosos, que están en alza por todas partes, pero una revolución en el sentido estricto dónde, la única parte en que se están produciendo cambios graduales que apuntan un poco a modificar a lo que se llama “modo de producción” capitalista, es en América Latina, un proceso que pese a ser diferido e incierto, está produciendo algunos cambios en el patrón capitalista global, pero ahí nos metemos en problemas, porque ya es una cosa más de base, y más peligrosa para el sistema, que todas estas revoluciones étnicas, culturales, nacionalistas, religiosas, que no parecen alterar esa cosa de manual de estudios marxistas que se llaman las “relaciones de producción”, es decir el sistema capitalista que está vigente en todo el mundo sin importar religiones, razas, continentes, etc., y que tiene algunas mejoras hacia lo colectivo, como decía, en algunos países de América Latina, con la excepción de Cuba, por supuesto, que hasta ahora ha estado más cerca del socialismo real que esos países del este y centro de Europa que colapsaron hace unas décadas, y que prefiero llamar socialismo fáctico y no socialismo real, como se estila, porque de socialismo real tenían poco. Si planteamos hacer una antología con ese tipo de revolución a la clásica, la revolución socialista de carlitos, el pelao Lenín, el barbas de chivo Trotzky, nos van a llover piedras desde todos lados, de todos continentes, no te creas—. Entonces no solo no va a haber interés, a no ser que sea ese tipo de interés que es mejor no despertar, tú sabes a lo que me refiero—
Pero metido en esta perorata, con la cabeza caliente y hablando bastante fuerte, lo que provocó la inquietud o la censura de algunos de las mesas vecinas que se medio dieron vuelta para mirar a la de nosotros, no me había dado cuenta de que alguien se había sentado, el pelo blanco y abundante, no como el mío, no como el mío, ralo y casi inexistente en la parte superior de la cabeza. Era el poeta Patrick Phillmore, el primo de la Phyllis, es decir Guagua, que tiene mi edad pero es más delgado, más alto y no tiene guata, además de ser gringo, claro. Y como mencionaba, tiene más pelo. Seguramente ella le había dicho que nos íbamos a juntar.
Y claro, empezó a hablar con su castellano machacado, y se lanzó en una perorata, sin siquiera escuchar, parece de lo que estábamos hablando, o agarró sólo esa parte de lo que yo estaba diciendo de la revolución, porque dijo algo más o menos así, que paso a transcribir, hasta donde yo pude entender:
“Ya se acabó el nacionalismo biológico, más adecuado para los nazis del siglo pasado. Es la hora de encarar al socialismo como el único sistema de gestión para salvar al hombre y al planeta. Ningún pueblo debe tener derecho a ninguna tierra, solo a administrar una parte de la naturaleza, y con un sistema social y político socialista y medio ambiental. No importa quién lo lleve a cabo. Si Palestina adopta la faz de un estado teocrático y fundamentalista islámico, entonces que sea un país no aportará nada a la salvación de la tierra. Si los israelitas manejan mejor el medio ambiente, que lo hagan ellos. La meta universal debe ser la única que garantiza la supervivencia de la raza humana sobre el planeta, un socialismo universal, multiétnico, multicultural y laico, ambientalista, que controla la totalidad del interfaz entre hombre, medio ambiente y se rige por el principio de la Stasis: 0 desarrollo económico, 0 aumento de la población. Solo los pasos que conduzcan hacia allá son revolucionarios, todo lo demás es reaccionario”.
Así pude constatar que seguía pegado con la teoría de la estasis del descreditado Robert Leach, y que el otro compadre lo miraba con tamaños ojos. Con una sabiduría, o mejor astucia, ganada por años en este tipo de situaciones lo interrumpí: “hola, parece que ustedes no se conocen, Patrick Phillmore, Edgardo Sapiaín”, los presenté y les dije, dándoles sendas palmadas en la espalda, mientras me ponía de pié sin darles tiempo a reaccionar: “huuy, me tengo que ir volando”, mientras miraba mi reloj y me guardada con la otra mano la tableta en el bolsillo de la chaqueta. “Tengo una cita con el dentista. Los dejo aquí conversando” Y así lo hice.
Hace tiempo que Jorge me viene pidiendo que escriba
una crónica, que no desaparezca del mapa así como así, pero lo que creo es que
le están faltando colaboradores para su página, además de que yo propiamente no
hago crónicas, en general muy delimitaditas y que versan sobre los temas de
moda, los problemas de actualidad, lo que está pasando, las más serían pseudo o
a para crónicas. Y a lo que iba, la moda de los cafés con conexión WiFi ha
resultado, personalmente hablando, un gran avance tecnológico, hasta tengo una
tableta, entonces me puedo pasar un buen rato frente a un decaf, como todas esa
niñas y jóvenes, algunos ya no tanto, pero yo por lo menos tengo la precaución
de vestirme más o menos decente, lo que me da un aire muy respetable. Un día
que estaba comprando pan, otro cliente me dijo que me parecía a Christopher Plummer.
Debo aclarar que estoy cortando el trago y los cigarros, a mi edad hay que
hacerlo, me dijo mi doctor en mi último chequeo, no es que me haya encontrado
nada, pero me dio una lista de exámenes que creo que no me voy a hacer, total,
de algo hay que morirse. Total, dicen que los buenos mueren jóvenes y soy más o
menos, como decían en mi tierra de
origen, ni chicha ni limonada. Los años pasan, Guagua al fin se consiguió un
tenior en la universidad, y echó de la casa al vago con que se había
arrejuntado. Enseña en el departamento de Woman Studies, pero la rara vez que
se junta conmigo, aquí mismo, en este café, se le nota un poco en los ademanes el pasado no tan bien enterrado
de striptisera. Pero bueno, parece que se me volvió a salir el yoísmo, que
mantengo bien guardado cuando la gente que no sé porqué siempre habla conmigo
de sus problemas cae a mis diversas picadas. Para la exportación tengo la
reputación de ser un tipo muy comprensivo, que escucha a los demás, pero
sospecho que esta actitud es más bien para ir juntando material para estas
crónicas que nunca verán la luz en forma de libro. Y es por eso que ahora estoy
en este café en lugar de en el bar en que me junté con ese fulano al que Guagua
le había hablado de mí y del que ahora me ando corriendo su poco y esa es la
verdad de la milanesa, como dicen los cuyanos, para venir a dar a esta lata de
café.
Y resulta que se trata de un proyecto en un principio
de bastante buen lejos que tiene este poeta y editor que viajó especialmente de
Toronto, para hablar con otra gente que corta más queso que yo, que en realidad
no corto ninguno, pero que por si las moscas se juntó conmigo para hablarme de
su proyecto de antología. Para mi desazón y secretos celos, venía acompañado de
la Phyllis
Phillmore, que en su momento y años atrás fuera conocida en el tablado como
Guagua L’amore. Ella le había exaltado mis virtudes por cuenta propia y lo
había convencido que viniera a verme, contándole quizás qué historia sobre mis
posibles recursos, mi inventado interés y mis inexistentes conexiones. El colega (porque alguna vez yo también me
las he dado de editor), me expuso su problema: estaban saliendo muchas otras
editoriales chicas, de gente más joven, más al tanto, más dinámica; se
multiplicaban las posibilidades de imprimir bajo demanda, cualquier cantidad de
libros; el asunto del internet para la difusión, los libros electrónicos, estaban
poniendo de lado a muchas editoriales pequeñas y medianas, como la suya. La
única manera de saltar de nuevo a la palestra era publicar algo visible, que él
pensaba era LA ANTOLOGÍA, abierta, pero invitando a nombres más o menos
conocidos, a autores que a su vez tuvieran sus redes de contacto propias, para
la difusión, que tuvieran a alto nivel sus amigotes, sus arreglines.—Bueno, ¿y qué tema tienes pensado?—
“mira, el tema es lo de menos, cualquier tema, ahora están por ejemplo las cosas relacionadas con el medio ambiente, la paz, los derechos de las mujeres, su poesía, los pueblos indígenas, la cosa del Medio Oriente, aunque lo palestino está muy parqueado, creo que eso es lo que está sonando más ahora”
—Pero mira, eso está re hecho, además para que se note, habría que conseguirse algunos nombres famosos, para eso se necesita guita, o contactos políticos, institucionales gordos, además de que es difícil que quieran participar en una editorial chica, que no conoce casi nadie, sin ofender—
“No, si no me ofendo, de eso se trata pues cumpa, de que quiero tirar esto pa’arriba de una vez, o todo o nada, estoy aburrido de andar mascando lauchas con esta editorial ratona, perdonando la redundancia”
—Mira, eso de la editorial desconocida que se apunta el tremendo poroto y empieza a vender como pan caliente, a salir en las noticias, son puros cuentos. No te niego que a lo mejor pase, es teóricamente posible que alguno o alguna de los antologados jóvenes, que se inician, o que están empezando, se llegue a convertir en un pescado gordo y entonces se va a decir que empezó a publicar en una oscura editorial, etc. (y ahí viene el nombre de la tuya), pero para entonces tú (y yo) vamos a estar re muertos. A lo mejor el diablo o el tatita dios nos llegan con la noticia en el otro mundo, si existe, o mejor, una de las cuarentaytantas vírgenes del otro paraíso ese que está de moda, pero que si nos morimos de viejos no nos van a servir de mucho tampoco—
“La revolución, entonces, ese tema está de actualidad, en Europa del este, en el Medio Oriente, en América Latina, donde mires, el capitalismo está en crisis en todo el mundo, ¿o no?. Vamos a recibir montones de colaboraciones, de todo el mundo, entre nosotros, podemos leer y traducir más o menos por lo menos del inglés, el francés, a mí si me apuran, desde el portugués y el italiano”
—Oye, pero de qué revolución me estás hablando, de los conflictos nacionales, étnicos, religiosos, que están en alza por todas partes, pero una revolución en el sentido estricto dónde, la única parte en que se están produciendo cambios graduales que apuntan un poco a modificar a lo que se llama “modo de producción” capitalista, es en América Latina, un proceso que pese a ser diferido e incierto, está produciendo algunos cambios en el patrón capitalista global, pero ahí nos metemos en problemas, porque ya es una cosa más de base, y más peligrosa para el sistema, que todas estas revoluciones étnicas, culturales, nacionalistas, religiosas, que no parecen alterar esa cosa de manual de estudios marxistas que se llaman las “relaciones de producción”, es decir el sistema capitalista que está vigente en todo el mundo sin importar religiones, razas, continentes, etc., y que tiene algunas mejoras hacia lo colectivo, como decía, en algunos países de América Latina, con la excepción de Cuba, por supuesto, que hasta ahora ha estado más cerca del socialismo real que esos países del este y centro de Europa que colapsaron hace unas décadas, y que prefiero llamar socialismo fáctico y no socialismo real, como se estila, porque de socialismo real tenían poco. Si planteamos hacer una antología con ese tipo de revolución a la clásica, la revolución socialista de carlitos, el pelao Lenín, el barbas de chivo Trotzky, nos van a llover piedras desde todos lados, de todos continentes, no te creas—. Entonces no solo no va a haber interés, a no ser que sea ese tipo de interés que es mejor no despertar, tú sabes a lo que me refiero—
Pero metido en esta perorata, con la cabeza caliente y hablando bastante fuerte, lo que provocó la inquietud o la censura de algunos de las mesas vecinas que se medio dieron vuelta para mirar a la de nosotros, no me había dado cuenta de que alguien se había sentado, el pelo blanco y abundante, no como el mío, no como el mío, ralo y casi inexistente en la parte superior de la cabeza. Era el poeta Patrick Phillmore, el primo de la Phyllis, es decir Guagua, que tiene mi edad pero es más delgado, más alto y no tiene guata, además de ser gringo, claro. Y como mencionaba, tiene más pelo. Seguramente ella le había dicho que nos íbamos a juntar.
Y claro, empezó a hablar con su castellano machacado, y se lanzó en una perorata, sin siquiera escuchar, parece de lo que estábamos hablando, o agarró sólo esa parte de lo que yo estaba diciendo de la revolución, porque dijo algo más o menos así, que paso a transcribir, hasta donde yo pude entender:
“Ya se acabó el nacionalismo biológico, más adecuado para los nazis del siglo pasado. Es la hora de encarar al socialismo como el único sistema de gestión para salvar al hombre y al planeta. Ningún pueblo debe tener derecho a ninguna tierra, solo a administrar una parte de la naturaleza, y con un sistema social y político socialista y medio ambiental. No importa quién lo lleve a cabo. Si Palestina adopta la faz de un estado teocrático y fundamentalista islámico, entonces que sea un país no aportará nada a la salvación de la tierra. Si los israelitas manejan mejor el medio ambiente, que lo hagan ellos. La meta universal debe ser la única que garantiza la supervivencia de la raza humana sobre el planeta, un socialismo universal, multiétnico, multicultural y laico, ambientalista, que controla la totalidad del interfaz entre hombre, medio ambiente y se rige por el principio de la Stasis: 0 desarrollo económico, 0 aumento de la población. Solo los pasos que conduzcan hacia allá son revolucionarios, todo lo demás es reaccionario”.
Así pude constatar que seguía pegado con la teoría de la estasis del descreditado Robert Leach, y que el otro compadre lo miraba con tamaños ojos. Con una sabiduría, o mejor astucia, ganada por años en este tipo de situaciones lo interrumpí: “hola, parece que ustedes no se conocen, Patrick Phillmore, Edgardo Sapiaín”, los presenté y les dije, dándoles sendas palmadas en la espalda, mientras me ponía de pié sin darles tiempo a reaccionar: “huuy, me tengo que ir volando”, mientras miraba mi reloj y me guardada con la otra mano la tableta en el bolsillo de la chaqueta. “Tengo una cita con el dentista. Los dejo aquí conversando” Y así lo hice.
Saturday, January 17, 2015
Doppelgangers
Jorge Etcheverry Arcaya
Miro hacia
la calle acodado en la baranda del balcón, ella adentro se atarea en la cocina
con unos trastos, su hija baja unas fotos en la computadora y el gato se
refriega contra mis piernas en un
paréntesis de su eterna siesta, elementos de esa vida en última instancia
apacible que se deja escurrir día tras día y que ofrece la ilusión—o la
verdad—de un envejecimiento suave, con las viejas series por fortuna
repitiéndose en la tele, gracias a esos canales nuevos en el paquete. Los
mismos libros con hojas gastadas a fuerza de la repetida lectura. La chaqueta
de cuero acumula polvo en el closet, sobre todo en esos aditamentos,
bolsillitos, botones de cobre, el vistoso cierre relámpago, unas
hebillas—chaqueta de roto, como se decía en mi país. Frente a mí se abre un
cielo malva, los árboles muestran esa variedad de colores del otoño de estas
latitudes, que si uno los viera en una tarjeta postal, creería que son mentira.
Y las veo que avanzan, pasan debajo del balcón y se alejan calle abajo cuando por
fin termino de reconocerlas, la madre, con su pelo rojo, seguramente teñida, las
faldas amplias del tono de las hojas secas, tacones altos, la hija garbosa, de
un negro gótico que acentúa sus rasgos exóticos, su abundante cabellera azabache,
y ese perro que conduce, airoso y feral, con un collar de metal reluciente. Son
ellas, que avanzan intrépidas hacia la noche que se anuncia y me pregunto con
pavor, ¿con quién entonces he estado viviendo esta vida amablemente adormecida,
durante estos años?
Tuesday, January 13, 2015
Poemas de Antología Esencial II, Publicada en España en 2014
Ulises Varsovia
Circo
Cuando llegó el circo a La Campana,
e hinchó su enorme carpa en el viento,
sostenida por dos enormes mástiles,
en cuyo interior el entramado
de horizontales tablas ofrecía
un sitio de honor para las nalgas,
cuando llegó el circo a La Campana,
salieron de sus escondrijos
los díscolos y audaces arrapiezos,
con la cara sucia y la honda colgando,
euforicos en la algarabía
como una turba de apaches gritando.
Ya salen a la pista los payasos,
ya fascinan los malabaristas
al público con sus prodigios,
ya ejecutan el salto mortal
en el sumo silencio los gimnastas,
ya vuelan ligeros por el aire
como los primates los trapecistas,
ya danza como una ballerina
la equilibrista en la cuerda floja.
Baila, rubia semidesnuda,
tu electrizante danza erótica,
cimbra enloquecedora las caderas,
encabrita tus abultados senos,
y mueve el culo en un ritmo febril
atragantándonos de regocijo..
Y ahora, silencio, que Campuzano
saldrá al centro de la pista, a saltitos,
y anunciará, con su voz de eunuco,
señoras y señores el final
del espectáculo de esta tarde.
(¡Esperad, no desarméis la carpa,
no desamarréis el entablado,
no desmanteléis la cuerda floja,
no os vayáis, no me dejéis solo,
abandonado en aquella infancia !)
Cantar
Oh cantar por toda una eternidad,
oh estallar de repente en sílabas
castalienses, saltar en millones
de luciérnagas, briznas o chispas
de luz astral, de luz intempestiva,
de luz que el mismo metal que la lira,
transformarme en una nebulosa
de millones de notas del canto,
oh dormirme de pronto en mitad
del canto, dormirme para siempre,
y quedar para siempre despierto,
sentirme declamar, extasiado,
refulgente de fulgor olímpico,
de fulgor délfico, de fuego pítico,
oh rasguear y rasguear con mis dedos
el arpa eólica, las finas cuerdas
interconectadas del firmamento,
el inalámbrico instrumento acústico
tendido a través de las estrellas,
comunicándolas con el universo,
oh sacudir la cabellera
de los grandes bosques planetarios,
soplar con mis labios en éxtasis
a través de sus intersticios,
arrancarles melodía eólica,
melodía silvestre, melodía,
oh correr cantando por los ríos,
correr por el Nilo, por el Éufrates,
por el Rin, el Támesis, el Tajo,
por el Missisipi, el Bío-Bío,
por el Ganges, por el Amazonas,
el Danubio, el Dnieper, el Yang-Tse,
oh morirme de pronto empuñando
la cítara con mis dos manos,
y dejar mi numen temblando
en sus cuerdas, sin extinguirse,
cantando hasta el fin de los tiempos.
En algún cerro
En algún cerro de Valparaíso
un trozo de terreno espera a por ti,
un solar llevará tus iniciales.
Sobre él edificarás tu casa,
sobre él darás morada a tus huesos,
y cuando desde el océano en ira
aúllen sobre el Puerto las tormentas,
tú subirás al puente de mando
y sostendrás el timón en tus manos,
tú llevarás a la nave por entre
arrecifes, escollos y estrechos,
por entre el furor de los elementos.
En algún cerro de Valparaíso
tomarás posesión de la tierra,
la medirás a grandes zancadas,
la cercarás con eucaliptus fresco,
pondrás en ella piedra sobre piedra.
Con tus propias manos la erigirás,
con tus propias manos la harás tu hogar,
y en cada habitación de espacio
cautivo de la arquitectura,
dormirás oyendo al océano
arrullar tu sueño con sus ninfas.
¿En dónde edificaré mi casa,
en cuál de los cerros carcomidos
por el soplo oceánico del viento,
en cuál de los cerros suspendidos,
en cuál de los cerros patrimoniales ?
¿Será en el populoso Cordillera,
será en el Mariposa florido,
serán en Playa Ancha de húmedos sonidos,
será en el Barón de vieja raigambre,
o en los promontorios del Placeres ?
¿Edificaré, cerro Concepción,
sobre tus espaldas mi morada,
o la erigiré en el cerro La Cruz,
o
en los vericuetos del Yungay,
o en las alturas del Santo Domingo?
En algún cerro de Valparaíso
clavaré mi estandarte de niebla,
y con eucaliptus fragante
elevaré mi nido en el viento,
haré por fin una casa final,
daré hogar a mis huesos errantes.
Frente al mar, amor, donde las olas
mecerán mi sueño vagabundo,
y dormiré, Claire, bajo los astros,
en el agua maternal que me llama.
Agua materna
Difícil la percepción del latido
del agua materna en las raíces,
cuando ya la boca adiós al pezón,
y la mala leche fluyendo
a raudales desde el exilio,
apagando los fuegos filiales.
Tarde ya cuando el mismo varón
reanudándose en el parentesco,
y tendido junto a un cuerpo joven
erguido en sus cúpulas fragantes,
de pronto el mismo aroma filial,
la misma ansiedad reconocida.
Desde ese instante volver, o, mejor,
insistir en la antigua
tentativa,
acercando con furor los labios
a la vertiente de la identidad.
Interferencias, sin embargo,
de alguien parecido a tu fruición
libando en la fuente de la hoguera,
y el latido como ahogándose,
perdiendo en el rencor su intensidad.
Difícil, pues, la percepción,
cuando los cuerpos paralelos,
y ya el aroma disgregándose,
el agua materna interrumpida.
Música astral
Música de instrumentos siderales,
música de esferas y de planetas
fluyendo en la partitura de un orden
de inquebrantables leyes de piedra,
sonando desde el mismo génesis
en el principio de la luz y el tiempo.
Como el susurro de divinos labios
de vírgenes cautivas en el Partenón,
o como el fluir de olímpicas linfas
a través de la lira de Morfeo,
¡grandiosa, Universo, tu arquitectura
de sublimes notas equilibradas
en la armonía del cosmos eterno !
En ella vamos los seres terrestres
cautivos, y nuestra gran rebeldía
apenas un rasguño en la faz del Padre,
apenas una leve disonancia
en la suma euritmia de las esferas.
Un violín inalámbrico, Padre,
tu cascada de indescriptibles notas
derramándose en la casta aurora,
una flauta de apolíneo timbre
el rumor de la brisa en la enramada
pulsada por miles de invisibles dedos,
un oboe de líticos registros
el sonido de la ola quebrándose,
o el crepúsculo de hojas crepitantes.
Y la noche pura llena de chispas
desgarrando su materia incombustible,
y las tempestades oceánicas
rugiendo su furor hacia los cielos,
y el aroma de la rosa en sazón,
y el galope del ciervo en el bosque,
y el murmullo del arroyo diáfano…
Música de misteriosas cítaras
el planeta todo sacudido
por un rumor de castalienses linfas,
música de instrumentos siderales
el orden perfecto del universo
girando en su movimiento eterno,
música de una sublime armonía
cimentada sobre leyes de piedra.
Afrodita de Melos
(Venus de Milo)
Déjame tocar tu piel y quemarme,
déjame acariciar tu cuerpo
con mi mirada de varón en celo
trepando las gradas de la fiebre,
consumido en tus besos de piedra.
Mudo y pasmado estoy en tu presencia,
indestructible ícono de mármol
revoloteando por siglos y milenios
en la conciencia de la humanidad,
en el subconsciente de la idea de arte.
En un duro bloque de duro material
te fue a buscar el aprendiz de creador
armado de su soplo de metal,
día tras día y noche tras noche
fue escarbando en los velos del misterio,
y al final de la séptima aurora
emergió tu cuerpo desde la luz
petrificado en su propia belleza.
Bella como ninguna diosa
tu forma triunfal semidesnuda,
torcida en la curvatura invicta
donde el pubis esconde su secreto
bajo un follaje de pliegues textiles.
Qué importa que tus hermosos brazos
cayeran al pozo de los siglos,
si la turgencia inédita del pecho
eleva sus llamas paralelas,
y corren dos ríos de agua pura
más allá de la sed y de los labios.
Sólo al genio griego le fue concedido
arrancar de un frío bloque de materia
un cuerpo de ansiedad inconsumible,
un rostro de olímpicas líneas faciales,
un monumento de mármol y de luz
a la belleza, Afrodita de Melos.
Ceniciencia
En el atardecer de la edad,
con estas palabras cenicientas
detenido frente al otoño,
asumiendo su amarga substancia
de raíces de ruda intemperie,
qué decir antes que la mañana
abra su cúpula de tinieblas,
y me descubra la claridad
en mi sitio usurpado a un extraño,
qué decir, Claire, en este instante,
con estas palabras vesperales,
antes que el otoño recrudezca
y me cubra de su edad en ruinas.
Frente al tránsito de las castañas,
bajo una campana de ceniza,
mi edad en vísperas y enferma,
mi edad detenida y en marcha,
atascada en el engranaje
de estas cenicientas palabras.
Clepsidra
Tal vez rómpase el cristal,
tal vez emerja de la clepsidra
su forma centelleante,
su deslumbrante deidad,
y desfallezcamos
mirándola mirarnos,
sintiéndola orbitar
con sus atributos
de etérea divinidad
sobre nosotros,
sobre el pasmo y la atrición.
Tal vez sobrevivamos,
tal vez el prodigio
ocurra sin nosotros,
y largos siglos después
regrese a soplarnos
de nuestro ensueño.
Tal vez no existamos,
tal vez vino y no encontró,
y sigue esperándonos
en su clepsidra.
Retrato
Durante que sentado
frente a mi retrato,
frente a una extraña imagen
de alguien que con mis rasgos
mirándome estupefacto,
inmóvil en el tiempo…
Durante que durando, pues,
con todas mis facultades
adentro de mi cráneo,
y sólo el corazón rebelde
reconociéndose en él,
tocando sus líneas faciales…
Él allí suplicando
piedad desde un pasado
ajeno, irreconocible,
él desde allí impetrando
admisión a su orfandad
de hermano suplicante.
Y durante que la mañana
sobre mí transcurriendo,
yo negándolo
tres veces,
yo mintiendo sus facciones,
y él observándome huir,
atónito desde el tiempo.
Cuándo
Cuándo, cuándo, Valparaíso,
cuándo, cuándo, puerto querido,
escucharás mi voz cansada
llamarte desde las montañas,
llamarte desde una comarca
de ásperos climas y engendros
gesticulando en torno a mi casa,
cuándo, cuándo, ciudad amada,
me enviarás una señal de sal,
una señal de peces y espumas,
una señal de sangre y prosapia,
cuándo regresaré a tus calles,
cuándo treparé tus escaleras,
cuándo subiré en tus ascensores
al corazón desordenado
de tu caótica arquitectura,
a escuchar el viento marino
susurrarme sus viejos secretos,
cuándo, perdido hogar de mi infancia,
cuándo, metrópolis oceánica,
pisaré nuevamente tus playas
con mis pies fatigados de viajes,
y sentiré bullir tu arena
de miles de huellas allí estampadas,
cuándo, cuándo en tu costanera
veré zarpar tus barcos de niebla,
veré arribar tus naves de hierro,
y al igual que una barca errante
atracará a tu orilla inquieta
mi corazón de navío fantasma,
cuándo, cuándo, ciudad principal,
me enviarás una señal rotunda,
una ráfaga de viento agreste,
un chillido de tus gaviotas.
Tus poetas
¿Y qué de tus poetas, Valparaíso,
dónde en toda la inmensa tierra
a la noche extraña y temblorosa,
llenos de tu maternal substancia ?
¿Qué de aquellos que por Placeres,
por Cordillera, por Santo Domingo,
qué de quienes en Ramaditas,
en Porvenir, en el Mariposas,
en toda la retorcida geografía
soñando, corriendo en el viento,
trepando tus arduas escaleras,
elevando al cielo sus volantines ?
¿Dónde están ahora, madre amada,
dónde yerran sus pasos errantes
indisolublemente ligados
a tus calles inverosímiles,
a tu arquitectura revuelta,
a tu costa de olas en estampida ?
¿Será que estamos ciegos, madre,
será que vamos con nuestras vidas
sin dirección por la tierra toda,
y sólo en tu abrupta presencia
despertaremos de nuestro exilio,
se encenderá la luz en el alma ?
En La Matriz, de repente, silencio,
silencio de voces declamatorias
pronunciando su amarga poesía,
y un cirio por cada poeta errante,
un cirio encendido por tus ausentes,
por tus hijos errantes, Valparaíso.
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About Me
- j.etcheverry
- Ottawa, Ontario, Canada
- Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.