Wednesday, April 15, 2015

El falso profeta

 Jorge Etcheverry                                                               

                                                                             VII


Faltándome el financiamiento rastreable y el oculto del falso profeta, abandonado por ex partidarios en su mayor parte por problemas de vejez, enfermedad o falta de interés, me dejaba caer a eso de las doce a un mall nuevo que hicieron hace poco donde comía muestras de pan, chips, galletas, y cubitos de frutas como piña y sandía, incluso torrejas de diversos tipos de salchicha o chorizo o minialbóndiga (meat balls). A unas doce cuadras hay un supermercado donde pude degustar espárragos envueltos en tocino, un par de camarones en una salsa, un guiso de salmón. Pero eso está vedado para el tipo o la mujer de la calle de corriente principal (mainstream), con sus prendan que no armonizan, su mirada extraviada—muchos de ellos enfermos mentales lanzados a las calles para que el sistema ahorre en internación y tratamiento. Con (casi) remordimiento me dirijo a un café para pensar o anotar los próximos pasos a seguir en esta impenitente cruzada, nombre que adopto del lenguaje común dejando afuera las connotaciones religiosas
Los pájaros se levantan desde el cauce de ríos medio congelados que atraviesan esta conglomeración urbana, no por designio arquitectónico sino por la testarudez de la niña esta, la natura y esbozan sus círculos que para un espectador son casuales, pero que encierran en esas máquinas aparentemente endebles—sino cómo se pueden remontar así, como si tal cosa—pero diseñadas con una obsesiva minuciosidad. Eso si uno fuera de ese lote que cree que algún dios allá arriba diseño y armó todo este asunto. Pero no es el caso nuestro
Nuestros antepasados prevascos cuyo reconocimiento como el pueblo originario de Europa causaría dolores de cabeza a investigadores, centros universitarios, think tanks en la Comunidad Europea, Norteamérica, etc. llamaban a esa niña a que nos referíamos Mari, en un pobre ejemplo de adoptar un nombre de la lengua de los conquistadores godos, para ver si los dejaban tranquilos. Pero no somos antropólogos ni etnólogos ni estamos adscritos a una universidad. Dios (que no existe) nos libre

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Ottawa, Ontario, Canada
Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces
Chile, 2005, Foto de Patricio Luco. Se pueden ver en esta "Biblioteca mínima indispensable" el Manual de Carreño, el Manifiesto Comunista y Mi Lucha

Chile, 2005

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Una foto con el vate Nicanor Parra, candidato al premio Nobel de Literatura