La
globalización cuenta como parte imprescindible con el desarrollo de la
comunicación electrónica, que a la vez que mantiene a los diversos grupos de
interés y al público en general informado más allá y a pesar de los medios de
comunicación oficiales y de corriente principal de los países. Esto ha cambiado
el modo de relación y de obtención de espacio y presencia de los poetas, en
este caso de los poetas de lengua española que viven en Canadá, ya que les ha
dado una vinculación casi instantánea con el país o región de origen en la
esfera virtual, poniendo el contacto al ciberpoeta con sus congéneres poetas,
amigos y enemigos.
Esta,
por así decir, anulación de la distancia y la mediatización, y de alguna
manera, de una parte importante de la vivencia y sicología del trasplante, no
tan sólo para el poeta, sino para toda migración, o extrañamiento, se ve
ayudada por el surgimiento, también bastante reciente, de la tarjeta de llamada
telefónica y la televisión vía satélite, que han cambiado fundamentalmente la
realidad de la inmigración o el exilio. Se puede dar el caso de una persona,
poeta o no, que vive y trabaja en un país, pero cuyo entretenimiento,
preocupaciones políticas, eventos deportivos, telenovelas y noticias
televisivas y gran parte de su interacción social se da ‘a la distancia’. Ayer
por la noche veía una película argentina en que un personaje le dice a otro que
él no ve cine argentino, y el otro, que es actor, le responde que el no ve
realidad argentina.
La comunicación virtual nos ha permitido
un grado de reinserción en el ambiente originario. Por ejemplo, la única
aparición colectiva en Chile de poetas chilenos radicados en Canadá se hizo
inicialmente y hasta no hace mucho, a través de un portal de literatura chilena
de gran prestigio internacional y fuertemente combatido por ciertos elementos
de la institucionalidad literaria y cultural chilena: Escritores.cl, tarea
monumental que sostuvo por unos años el poeta y escritor Ernesto Lánger, en
Chile. En general, el acceso a tecnología sofisticada y relativamente barata
respecto a los países del así llamado ‘sur’ ha dado una inesperada ventaja a
los poetas hispanocanadienses, brindándoles además de la presencia virtual
antes mencionada, una posibilidad de gestión cultural respecto al país o la zona
de origen, llegando incluso a influir en la distribución del espacio acordado a
los autores así llamados ‘del interior’ por la institucionalidad cultural y
literaria chilenas de ‘corriente principal’. En este sentido, el sitio
Poetas.com, impulsado por el poeta Elías Letelier, no sólo ha logrado la
difusión de poesía y artículos comprometidos de poetas latino canadienses, sino
de toda Latinoamérica, convirtiéndose en un centro de referencia mundial
virtual de los autores progresistas.
Dentro
del ejemplo chileno, con el que estoy más familiarizado, pero que se puede
hacer extensivo en general, la difusión virtual, por su facilidad de acceso,
rapidez, fluidez y frecuente descuido, no es aún considerada al mismo nivel que
los textos publicados, y esto se ha puesto de algún modo al servicio de la
pugna por espacio entre escritores ‘del interior’ y de la ‘diáspora’. El poeta,
académico y periodista virtual Javier Campos, residente en Estados Unidos
manifiestaba este problema, afirmando implícitamente su validez general para
los escritores chilenos en la así llamada ‘diáspora’.
Pero
esta nueva dimensión de la virtualidad ha permitido a los poetas hispano
canadienses no sólo salvar la distancia respecto al país de origen, sino la
vinculación con otras revistas o portales virtuales de habla hispana existentes
en todo el mundo, creando una especie de comunidad virtual que permite toda
suerte de proyectos comunes. Como el resto de la comunidad literaria y lectora,
los escritores y poetas especialmente desde Canadá, país con alto grado de
virtualización y acceso rápido y barato a la red mundial, se han visto
obligados a hacer públicas sus opiniones respecto a la guerra –ocupación de
Irak, la ejecución y sentencias del régimen de Cuba, etc. Personalmente, nuca
había leído tanta declaración de intelectuales, escritores, artistas y poetas.
Nunca había tenido antes la oportunidad de expresar mis opiniones políticas y
culturales con tanta frecuencia y para un público (virtual en ambos sentidos)
tan extenso.
Asediada por la solicitación de la
globalización, que impone formatos, temáticas y sistemas de intercambio, la
poesía latinoamericana que se hace en Canadá está en vías de desarrollar un
nicho bastante específico en la literatura canadiense. Me atrevería a decir que
es la literatura más importante, por su propia abundancia y mérito, después de
la literatura en francés y en inglés.
Esto
por supuesto, incluye a la poesía, que es el medio de expresión preferido de
los autores hispanoamericanos en Canadá, aunque en sí misma carece de otra
homogeneidad que no sea la lingüística. Por ejemplo, desde la obsolescencia del
discurso literario normativo institucional como la única norma general de la
‘buena’ literatura, las comunidades y los discursos antes marginados se han establecido
o han ingresado al ámbito de lo canónico, y han logrado carta de aceptación
otros discursos que lindan con la expresión personal ante los avatares de la
existencia en un estado de cosas determinado o con el testimonio.
Aparte
de un florecimiento de discursos, temáticas, tradiciones y estilos que
reproducen el microuniverso latinoamericano en Canadá, patente por ejemplo en
la antología Boreal de poesía latinoamericana en Canadá, este fenómeno que
confronta a la institucionalidad literaria con formas emergentes, está pasando
a ocupar un importan espacio virtual. Pensamos que el nacimiento de este sitio
le otorga un rostro con facciones distintivas a esta poesía y escrituras
canadienses en español, o hispanohablantes en Canadá, con sus características
de ‘nostalgia y presencia’, de alineación y rebeldía, de indigenismo,
vanguardia, utopía y compromiso.