Júpiter se asumió formado básicamente por hielos y gases, pero no fue hasta muy avanzado el siglo veintiuno que se descubrió la verdad, gracias a los nuevos modelos de construcción e interpretación de la realidad (física) derivados del estudio de la antimateria que hizo posible la nanotecnología y la nueva lógica cuántica--la revitalización básica del kantismo y su extensión a los fenómenos objetivos y cuantificables producto de la investigación científica. Esas nuevas leyes lógicas muchas veces paralelas, antagónicas y simultáneas sólo operaban en un universo ‘como sí’, es decir provisionalmente dado por supuesto en su naturaleza perceptible, investigable y operable. Surgieron maneras inéditas de razonamiento que dieron origen a nuevas maneras de proceder en la ciencia y tecnología. Si alguna vez la infinita divisibilidad del espacio hizo inconcebible el movimiento, ahora el movimiento era el que dando pasos de siete leguas permitía travesías antes inconcebibles: si para pasar de un micrón a otro había que salvar un infinito, la diferencia entre micrón y micrón y micrones y años luz era desdeñable en términos del infinito que implicaba pasar de un punto a otro Así, el viaje interplanetario era básicamente una cuestión de perspectiva, de modelo de la realidad. Luego vino la ciencia y las aplicaciones tecnológicas. Eso lo sabía cualquiera, se aprendía de memoria en las escuelas, pero todavía le hacía fuerza a la manera natural de mirar las cosas, tal como en su momento el tiempo espacio masa einsteniano o la materia oximorónica de los cuantos. Lo que pasa es que a ciertos niveles la perspectiva habitual, digamos newtoniana tendía a hacer las cosas difíciles. O a facilitarlas, si se la abandonaba o ponía entre paréntesis, en una especie de epojé vivencial. A él mismo le costaba a veces mantener la ecuanimidad y tendía recaer en el absolutismo newtoniano, que por otro lado efectivamente imperaba en la circunscrita vida cotidiana, si podemos llamarla así, de la nave. Lo importante era que al interpretar datos y tomar decisiones de navegación, al calcular y aplicar, o hacer aplicar, los ritmos, tiempos, presiones y combinaciones de los complejos tableros de mando su mente no estuviera atada por las leyes mecánicas que en general gobernaban su vida física y fisiológica. Se reclinó en su silla de pilotaje y observación, en la que pasaba gran parte de las horas en que no leía, escuchaba música, dormía o hacía el amor con Sara, que desde hacía ya una semana compartía con él el manejo de la nave. En este mes había llegado a conocerla a fondo, la había entrenado sin que ella se diera cuenta en el modo de pensar, si es que podía llamarse así, aunque claro que sí, ya que en el latín original había significado ponderar, que le permitiría manejar el navío y quizás posibilitarle unos días de descanso o incluso de hibernación, claro que antes habría que despertar a alguno de los tripulantes más calificados para que le sirviera de respaldo.
Blogista de algún modo personal, pero que acepta anuncios, colaboraciones y comentarios de lectores y etcheverroides. Dedicada sobre todo a textos, literatura (eventos, artículos, crítica, metacrítica, etc.), política en sentido amplio--y en el otro-- e ideas. Dirigir la correspondencia a jorgecheverry@yahoo.com o a jorgeetcheverry@rogers.com
Wednesday, September 19, 2007
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About Me
- j.etcheverry
- Ottawa, Ontario, Canada
- Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.