LA CITA TRUNCA www.etcheverry.info
El alba volante
Blogista de algún modo personal, pero que acepta anuncios, colaboraciones y comentarios de lectores y etcheverroides. Dedicada sobre todo a textos, literatura (eventos, artículos, crítica, metacrítica, etc.), política en sentido amplio--y en el otro-- e ideas. Dirigir la correspondencia a jorgecheverry@yahoo.com o a jorgeetcheverry@rogers.com
Tuesday, December 20, 2016
Monday, December 12, 2016
cosmopoema
Jorge Etcheverry Arcaya
Universo:
La fiebre
que agita mi inmenso vacío
Que esparce
sus chispas como en desafío
Contúrbame
mucho
Rompe mi
mutismo
Perdida y
fugaz en mi eterno abismo
La chispa
vital calienta mi frio
Esboza en
mi sombra chispas de destino
Estrofa:
La ronda de
vida
Perdida en
el cosmos
Caliente
Pequeña
Corta y
agitada
Vivaz
Inquietante
Lujuria
extraviada
Que dice
que dice
Con suave
palabra
Oh monstruo
vacío
Oh bestia
de piedra con mil ojos fríos
¿porqué no
me tragas en tu desvarío?
Universo:
Se agita
tan bella enfrente mis ojos
Desnuda
desnuda con suave sonrojo
Me estira
la mano
Yo solo
sonrío
En mi ser
tan vano como pozo seco
cae la
belleza con eco perdido
la vida se
pierde en fugaces destellos
chispan que
calientan mi frío organismo
antiestrofa
Canción de
la vida
Canción por
el cielo y el mar repetida
Canción de
la tierra
Una madre
herida
Canción de
la vida
Canción de
mil mundos que la ven crecer
Canción de
la envidia
Grito de la
estrella que le da calor
Grito de
dolor
Canción de
la vida en su adolescencia
Que vaga
danzando
Canta la
materia recién fecundada
Que empieza
su ciclo vital de inocencia
Grito de un
pedrusco perdido en el cosmos
Donde la
semilla ya se emponzoñó
Grito del
planeta donde murió el germen
Grito del
planeta que al fin sucumbió
La muerte
Venid a mí
todos
Soy la
libertad
Vengan sin
temor
Yo soy la
esperanza
Cantadme
infelices
Vuestras
alabanzas
Yo soy la
terrible
Yo soy la
más bella de las esperanzas
Consigo la
fama de mis elegidos
No soy
rencorosa
Rompo las
balanzas
No soy
rencorosa
Porque yo
soy joven
Y en mi
destrucción danza un torbellino
Y si yo
destruyo lo hago feliz
Yo soy
alocada
Yo soy la
muchacha
Que del
gran vacío
Está
enamorada
Yo no mato,
juego
No mato,
libero
No mato mas
limpio
La tierra
de bichos
Coro:
Porqué los
pintores la pintan siniestra
Debiendo
los necios pintarla tan bella
La muerte
Me temen
Me río
Pero no los
culpo
Es que él
ha a creado a su hombre imperfecto
Y a mí no
me ha dado mayores defectos
Coro:
No hay
muerte imperfecta
Se muere de
veras
Estrofa:
La vida que
planta sus semillas hueras
Asume la
culpa de que tú te mueras
Es mala
artesana
Regular
artista
Explícase
entonces que nada subsista
De sus
creaciones
La muerte:
Mi labor es
buena
Mi labor es
bella
Luego que
trabajo a la larga queda
Un mondo
esqueleto
Limpio
De marfil
La vida
celosa lo convierte en polvo
Coro:
Hombre
Cualesquiera
Eres
desdichado
Como lo son
todos
Un ente
fallido
Hijo del
azar
Y de un
molde quebrado
Grandes
ambiciones
Y nada has
logrado
Y si ya
posees las sienes plateadas
Luchas
ambiciones han sido aventadas
Ya solo te
quedan nostalgias, recuerdos
Lamentos
por cosas y gentes pasadas
O cruentos
dolores laceran tu cuerpo
La muerte:
Bota ya la
venda
Mírame a
los ojos
La muerte
que siempre tu ceguera ha visto
Coro:
Un sucio
esqueleto
Malo y
harapiento
¿no expresa
tu mísero cuerpo gastado?
La muerte:
En cambio
soy bella
Porque soy
eterna
Y tu
salvadora
Mi obra es
perfecta
Y mi
cabellera tal vez puedas ver
Brillando
en la losa del frío sepulcro
Y mi tierna
mano te acariciará
En el Gran
Olvido
El Sueño
Final
En el que
te ofrezco
El reposo
eterno
Coro:
Ni vida ni muerte
Desgracia
ni suerte
Ni breve
alegría
Ni larga
tristeza
Ni hombre
ni dios
Soledad ni
pena
Pero sobre
todo
Ni bien y
ni mal
No hay un
comienzo
Tampoco un
final
Tuesday, November 15, 2016
(Del libro Chácharas y Largavistas)
Jaime Serey
Acabo de terminar de leer (de Chácharas y largavistas), del profesor, Jorge Etcheverry, poeta y escritor, pues ambas corrientes domina con fluidez, desde décadas. Texto de itinerario rápido, atractivo e audaz y además un caso de ficción y realismo que sucede en un país de enormes ciudades, Canadá. Novela, de exilio y refugio político, que sin ningún atisbo tendría que estar asignada dentro de las puntuales en este tema del intercambio cultural, la dificultad del idioma, y en los últimos casos los de una vida paupérrima por causas de disgregaciones raciales en un territorio extranjero etc. (Una sola pregunta en el aire, que efectúa la Sociedad de Escritores de Chile, en favor de sus hermanos y estas obras que se pierden infructuosamente en el tiempo y el olvido.) La obra del autor cautiva desde el primer instante, en ella hay fuerza y lo que es más potente nos deja llevar por el cuento, donde todo es cierto. Hay toda una realidad en todo lo que el autor relata. Entre paréntesis los poemas incluidos entre los episodios del autor fantasma, Patrick Phillmore, y que al mismo tiempo es histrión en las hojas escritas por el autor. Allí su vanguardia hace su presencia con todas sus letras y el conocimiento del modo- operantes y de la estructura intelectual del mismo viable. Utiliza nombres de personajes consagrados en la escritura y en el arte en general, como un medio de movilización, que indica, que la vida del hombre es una huella que se sigue y se construye cada día con la metáfora. Su obra es de tiempos veloces, situaciones abstracta, lúdicas, mordaces, irónicas, fantásticas, eróticas e inclusos alegóricas. Por mi parte solo me queda decir que leí su libro en un tiempo record y muy sorprendido por su temática. (Que hace la bandera patria por estos escritores del golpe militar, me quedo en un silencio absoluto. Parte de la lectura traten de encontrar este libro.
Sunday, November 6, 2016
Inicio de novela (in progress)
Jorge Etcheverry
I
¿Han oído hablar de la Gran Fraternidad
Blanca? Se dice que en el corazón del Asia hay dos ciudades subterráneas,
Schamballa, la Ciudad Negra y Agartha, la Ciudad Blanca. Ambas se reparten
respectivamente el mal y el bien sobre este mundo. Que no sean más que pálidas
reminiscencias de dos centros inimaginables del bien y del mal a escala
universal, o que su influencia irradie desde la tierra hacia todo el universo,
eso no se sabe. Puede que en cada mundo habitado exista una ciudad, o polo del
mal, y uno del bien (de esos mundos no tardaremos en captar señales, hay un
programa de la NASA, parte del escudo de protección Stars War, pero en realidad
una continuación del SETI). Quizás incluso en los planetas aún no habitados y
en formación, hay ciertos minerales o gases que ejercen esa influencia, como
puntos magnéticos opuestos, o a lo mejor como polos que organizan la concreción
de esa masa gaseosa e informe del planeta juvenil. A lo mejor esas fuerzas opuestas
operan en las estrellas, las enanas blancas, que son las que soportan planetas
viables, para luego condensarse cuando los planetas evolucionan, por medio de
la polarización de la luz. O en la antimateria, que parece llenar los
intersticios del universo. Pero todas estas son teorías, y los maestros de diversas
órdenes iniciáticas han guardado por milenios un mutismo que un renombrado
autor describe como “el orgulloso silencio preñado de sabiduría, ante la
imposibilidad de impartir conocimientos que nosotros, los pobrecitos humanos
corrientes y molientes estamos incapacitados para comprender”. Estoy dispuesto
a asegurar que su ignorancia respecto a dichos temas es proverbial, y ese
mentado silencio ha llevado a la perdición a más de un impaciente investigador,
llámese Ícaro, Ulises, Jasón, Meyrink, Hesse, Rimpoche, Daumal, Méndez Roca,
Leach o Hubbart. Ha causado la desaparición de más de un innominado Fulcanelli.
Esa sabiduría puede que haya
florecido en otros tiempos y se haya perdido como casi todas las cosas buenas,
según los hermetistas y los no tan hermetistas como mi ex vecino el señor
Zegarra, que antes trabajaba en la Compañía de Teléfonos y que dice que todo
anda peor desde que se ganaron la concesión los australianos. En todo caso, un
enorme burocratismo parece haberse posado con sus alas negras y pesadas sobre
la dirección mundial de las dos corrientes o movimientos o, el del bien y el
del mal, y no hay más que abrir el periódico para darse cuenta. Pero esto no
quiere decir que estas organizaciones sean inoperantes, o que sus efectos a
menudo se confundan, ya que así como en infierno está empedrado de buenas
intenciones, el camino a la utopía justifica a veces el horror. Muy por el
contrario. Cada joven punk o skinhead
que acecha en los metros norteamericanos y europeos, cada terrorista vasco,
irlandés o fundamentalista, cada boina verde, agente de inteligencia, guerrillero,
talibán o mujadín. Los que avivan la cueca en la convulsionada Europa, para qué
decir el Medio Oriente, o aquél otro que en los mítines o concentraciones de la
siempre convulsionada América Morena descarga una cadena de pesados eslabones
sobre el agraciado adversario, en pleno rostro, desfigurándolo permanentemente
en medio de un crujido de huesos rotos (Un golpe bien dado con una cadena puede
desgajar una rama bastante gruesa de un árbol frutal de digamos, unos cinco
años), está trabajando para Schamballa, aunque rebose de idealismo, o no tenga
la más remota idea de la existencia de esta entidad, aunque se encoja de
hombros con una sonrisa irónica prendida de la comisura de los labios, al
terminar su faena y guardarse en un bolsillo el hábil instrumento, considerando
con sorna esas cosas de teósofos, anticuadas, sacadas de los libros que leía su
abuelo, porque ese joven puede estar imbuido de una sana pasión materialista
(dialéctica o no). Pero el problema
parece ser el que las fuerzas del bien (algunos socialistas, algunas ONG,
algunos hippies atrasados, la Congregación de María, Amnesty International, la
Cruz Roja, la Red Crescent, el
Ejército de Salvación, etc.), sobre todo los que combaten por algo que,
conforme a la manía reductiva de los humanos, es, en una palabra, El Bien, y no
son el mero nombre en una plancha de letras doradas, usan a veces los mismos
métodos. Las torturas inflingidas a un Aramburu, allá por los sesenta, el
ajusticiamiento de Pérez Zújovich por la VOP, como una década después en Chile,
el asesinato de Guzmán, el ahorcamiento de Ceballos (delator chileno
ajusticiado hace ya bastantes años en el Perú), la ejecución de Trujillo, el
atentando (fallido) contra Pinochet, ya hace también bastantes años, las masacres
que siembran de flores rojas el medio oriente, los atentados que hacen volar a
víctimas y ejecutores en tantísimas ciudades, etc., nos aseveran la razón de
estas conclusiones. Por lo tanto, aquel que fiel a su vocación de buscador (hipster)
desee dirigirse al fondo de las cosas, debe encaminar sus pasos hacia el
Imperio del Mal.
Ya te imagino viajando hacia
tantos lugares de América, disfrutando de la hospitalidad de los sanguinarios
paramilitares colombianos, de los narcotraficantes mexicanos, de los femicidas
de Ciudad Juárez, de los oligarcas herederos de Duvalier en su blanco palacio
lleno de guardias negros como el charol, vestidos de pies a cabeza con
uniformes igualmente blancos. Te veo perdiendo el seso en las frenéticas danzas
del Vodú o la Lambada, profanando Tehotihuacán con el frenesí de la santería, pasando
por el ensangrentado Medio Oriente y el Asia Central convulsionada por los conflictos religiosos
rumbo al Tibet después de recorrer el África hambrienta, postrada por el SIDA,
diezmada por guerras civiles genocidas. Te veo manteniendo correspondencia tradicional
o electrónica con las numerosas sectas satánicas de San Francisco y París,
frecuentando chinos inmigrantes y nietos de rusos blancos, que no desean retornar
a su patria ancestral por ningún motivo, pese al derrumbe del imperio
burosoviético. ¿O es que te vi en la inundada Louisiana usando serpientes como
collares, cantando como un Nerón de nuestros días frente a la Nueva Orleáns
desapareciente? Craso error. ¿No te has detenido a contemplar algunas
casas viejas que quedan en el sector Avenida Matta, casi el pleno centro de
Santiago? ¿No te has detenido a
escudriñar la cara de las viejas beatas que salen de la Iglesia de San
Francisco los domingos, después de la misa de 11? ¿Has visto la expresión del público que
repleta las salas que ocasionalmente pasan las películas basadas en las novelas
de Stephen King? ¿Has visto al inchi-mali
en tus ocasionales correrías por la provincia de Arauco? ¿Has leído alguna vez el Informe Rettig? El
folclore de Chiloé y de la zona del Maule te llenarían de espanto. Si tienes los medios y la habilidad
tecnológica, el torrente de degeneración que circula solapadamente en el mundo
virtual de sitios web dedicados a las últimas depravaciones del cuerpo, la
mente, la cultura y el espíritu te dejaría deprimido(a) por una semana. No hace
poco una mujer que conozco recibió una advertencia. Por ningún motivo las niñas
deben responder a un navegador de Internet con el nombre Slavemaster,
que se rumorea ha causado ya la muerte de 56 mujeres. Trata por lo tanto de
identificar el lomo del dragón dormido que vela el (aparente) sueño de la
ciudad. No hay que descuidar tampoco el
papel aparentemente insignificante que cumplen o cumplían grupos como el de
Arrigó, el Poder Joven de los sesenta, los Caballeros
Americanos del Fuego,
que todavía andan por ahí. Un grupo de sacerdotes ibéricos, orgullo
de las congregaciones españolas no pudo resistir ese llamado. Actualmente compiten con las machis en
Arauco. Yo sostuve, en tiempos pasados,
largas conversaciones con algunos de ellos.
Saturday, October 29, 2016
Respuesta a un breve cuestionario de una revista, que alguna vez me hicieron
Jorge Etcheverry
Respuesta a un breve
cuestionario de una revista, que alguna vez me hicieron
Desde una perspectiva personal, como practicante de
la poesía (dizque), y si se quiere, estudioso de la literatura, y gracias a una
pregunta de un amigo y colega, director de esta revista, paso a presentar en
forma sucinta lo que para mí serían los problemas o alternativas básicos de la
poesía contemporánea:
-La confrontación o
dialéctica entre los imperativos sociales, comunitarios y políticos y la
indagación y preocupación por la problemática del así llamado individuo. Este
dualismo recusable como cualquier otro, en teoría, se mantiene sin embargo
siempre operante. Algunos escritores surrealistas y los existencialistas
siempre estuvieron desgarrados por esta problemática de raíces quizás
románticas. Sus expresiones contemporáneas no alcanzan un alto nivel de
autoconciencia.
-La confrontación o dialéctica entre la necesidad 'lírica' de
expresión
y el reconocimiento de factores limitantes del 'yo'. La era contemporánea,
sobre todo los dos siglos precedentes, desarrolla un estado de cosas que hace
surgir doctrinas o teorías científicas como el psicoanálisis, el marxismo y la
fenomenología, la sicología conductista y/o reflexológica, el relativismo y el
cuantismo en las ciencias físicas exactas. El individuo aparece como momento o
vehículo de estructuras sicológicas y económico-sociales que lo trascienden. La
doble presión de estados totalitarios y sociedades 'unidimensionales'
privilegia como reacción salidas intimistas o religiosas y un atrincheramiento
en la subjetividad, que se suele presentar como la única base firme frente a
una 'crisis de la estimativa'.
-La
preponderancia en retroceso, pero todavía existente, de una concepción
‘nominalista' del lenguaje, que puede correlacionarse con una evolución de las
ciencias humanas hacia la autonomía, convencionalidad y mensurabilidad de las
'ciencias físicas exactas'. La autonomía o distancia del lenguaje como sistema
de signos frente a la 'realidad referencial' se acrecienta. El lenguaje poético
se concibe como 'materia de obra.', y su objetividad e independencia, se
acentúan. Creacionismo, imaginismo, purismo nos vienen a la cabeza. Al poema
como expresión lírica directa sigue el poema como obra pura de lenguaje. El
sujeto es el agente de una 'práctica.'. Sin embargo la realidad, comunicativa,
expresiva y referencia) del lenguaje sigue predominando y ese aspecto es el
soporte y motivación última de la creación poética. Cada nueva generación se enfrenta
a la expresión de los mismos problemas personales y humanos y les da una forma y
solución parecidas.
Por último, aún otros
elementos importantes presentes o dispuestos frente a la poesía contemporánea,
serían: la gradual desaparición de bordes esenciales y formales entre los
géneros. La presencia de una dimensión
de
comentario 'metapoético', ligado a la ironía y la parodia está siempre
presente. La necesidad histórica, en suma, otorga un deber moral si no
científico o de fe al poeta y lo obliga a la delimitación de un público en un
sentido (casi) político. La
incontestable condición aún 'lírica' de la poesía, obligada a proporcionar
identificaciones a segmentos de lectores típicos, centrados en los problemas
humanos básicos que se reproducen en cada nueva generación, obliga al poeta a
matizar todo intento verdaderamente radical en el lenguaje si quiere aún tener
un público. Eso ha convertido en general a las vanguardias de antaño en
vanguardias light, sobre todo en Latinoamérica, mientras proliferan las organizaciones
líricas de poetas comprometidos con la utopía que todavía de cuando en cuando
nos guiña el ojo.
Saturday, October 22, 2016
Poe sillas
Nieves Fuenzalida
Despertar.
Una mujer
sueña,
en
mi cama
de
la
casa
de
retiro,
que
es libre.
Despertó.
La tinta de la
imaginación.
Se volcó
- la
tinta
- de
- la
imaginación
- en
la tierra.
- La
fantasía
- se
- perdió.
Las sonrisas perdidas.
Las plomas
gaviotas
buscan,
en
las orillas del mar,
las huellas
de
las sonrisas perdidas
de
mujeres
y
de
hombres
que
la caminaron.
Los
zapatos de la noche.
La noche
Lustro
sus
zapatos
con
la pomada
del
universo.
Las estrellas
brillaron más.
Un pedazo de arcoiris.
La jirafa
guardó,
en
su
largo cuello,
un pedazo
de
arcoiris
para alegrarse
cuando
la tristeza
la invadiera.
Nieves Fuenzalida.
Saturday, October 15, 2016
Comentario-testimonio sobre extraterrestres
Jorge Etcheverry Arcaya
Ya sé con
toda seguridad que los extraterrestres no sólo existen, sino que viven entre
nosotros. Lo que no me atrevo a afirmar en la misma medida es la existencia de
los platillos voladores, aunque hará cosa de unos cinco años vi uno cuando
íbamos en auto con un amigo a una reunión cuyo carácter no viene al caso, no
habíamos tomado nada y él es muy descreído en todos estos asuntos, aunque tengo
la convicción de que es cripto canuto, perdonando la expresión, un neologismo
mío que denota a alguien que mantiene en secreto para su círculo de amigos o en
situaciones laborales su pertenencia a una iglesia protestante, generalmente de
índole pentecostal. La aparición era más o menos típica, tres luces, una roja,
una amarilla y una azul o verde, que se destacaban contra la noche naciente formando
un triángulo. Se la mostré a mi amigo, que manejaba, y se sonrió desdeñoso,
aunque frunciendo un poco más los ojos achinados detrás de las gafas poto de
botella, miró, e intentó una explicación con aire desdeñoso “un avión chico, a
media altura”, y volvió al volante, descartando el asunto. Pero entonces las
luces, que en caso de ser un avión bien podrían haber estado desplazándose
arriba, a varios kilómetros por detrás de los edificios crepusculares, le
hicieron el quite a una torre nuevecita como de diez pisos que estaban
construyendo en la calle Bronson, que era por la que pasábamos y ahí fue que
casi chocamos. Porque era claro entonces que se trataba de un objeto rápido, bastante
pequeño, de unos tres metros de diámetro, que a no más de unos cincuenta metros
de altura, y a una media cuadra, zigzagueaba entre los edificios, y que después
nos flanqueó por algunas cuadras, hasta perderse recto hacia arriba en ángulo
agudo. Mi amigo tuvo algunos problemas por unos instantes para mantener el
volante y los dos guardamos silencio, al menos en ese instante, porque en
realidad era obvio, no había nada que decir…Pero si me preguntan la opinión, yo
creo que por lo menos algunos discos voladores, o mejor hablemos de OVNIs, o
las apariciones que hay sido identificadas como tales, son cámaras de video, o
su equivalente, de un futuro en que ya se aplica la tecnología del viaje en el
tiempo, que por otro lado en la actualidad está disponible pero es carísima y
difícil, además de que lo único que se logra es que desplazan volúmenes
infinitesimales por unas décimas de segundo. Los estudiantes graduados de las
universidades de ese futuro inconcebiblemente remoto, o a lo mejor incluso los
que están empezando y quién te dice los alumnos de secundaria, usan esas
máquinas para ver o registrar el pasado, y aprobar cursos, o pasar exámenes de
historia, hacer los ensayos que les asignan, qué se yo. En eso estamos de
acuerdo con mi amigo, y con otro amigo común que una vez vio en pleno día que
un platillo estaba suspendido a un par de metros en la calle Preston. Claro que
toma bastante y ahora está involucrado en una verdadera batalla campal por su
departamento de un ambiente, cuyo territorio defiende alternativamente contra
ratones organizados o contra enanos invasores. Hace tiempo que no nos vemos,
pero supe por ahí que estaba escribiendo una nota sobre el último libro de Dan
Brown para ver si se la publicaban en el diario comunitario en español de la
ciudad, cosa que veo poco probable, aunque a veces publican cosas como mensajes
producto del channeling. Cuando llegamos al café donde íbamos a tener una
reunión de lectura de poemas y debatíamos si al iniciar la sesión o en algún
momento íbamos a revelar esa experiencia de hoy y en qué términos, ya que tenemos
que mantener cierta credibilidad, había en una mesa adosada contra un ventanal,
el mismo que ostentaba en letras blancas el nombre del local en su parte de
arriba, una familia evidentemente de inmigrantes, difíciles de situar, pero
evidentemente de algún país de los que se denomina eufemísticamente “tercer
mundo”. Los ojos casi amarillos del niño nos miraban con una expresión muy
madura y cauta, como la que tienen ciertos niños, la mujer, de rasgos finos,
ligeramente acentuados inclinaba la cabeza y nos observaba de reojo, la boca
algo torcida en un gesto más bien irónico, conocedor (¿de qué?), mientras el
hombre, también de largo cuello pero que sin embargo parecía transmitir fuerza,
solidez, nos miraba más abiertamente. Mi amigo, que es bastante corto de vista,
no los advirtió, pero a mí se me puso un poco la carne de gallina, con una
mezcla de atracción y temor. Pero por supuesto que estas conversaciones no
surgen en seco. Yo principalmente tengo que haber tomado un poco. Nadie creyó
cuando conté esto en público, que no se trataba de un chiste malo, medio
alemán, como decíamos en Chile de los chistes fomes. Dentro de todo formo parte
de la intelectualidad. No con mayúscula, pero en fin.... Aunque en el diario
latino en que colaboro, que no es el mismo a que refería anteriormente, a veces escribe un señor que habla con los
extraterrestres periódicamente, y le dictan unas cosas llenas de clichés y
sumamente rimbombantes. Claro que, como comentamos una vez, si los
extraterrestres están empezando a manejar el idioma, como en algún momento nos
pasó, o nos pasa, a nosotros, que somos nuevos en estas latitudes, es natural
que se comuniquen en las formas más elementales, es decir en el nivel informal
inculto, como diría mi ex profesor de lingüística, que en paz descanse.
El hecho de
que ese disco volador se hubiera parado
justo en Preston cuando él iba volviendo a su departamento tempranito en la
mañana, o que prácticamente nos hubiera seguido cuando íbamos con el otro en
auto a la reunión, significaba que en una de éstas tenían interés en nuestras
actividades. “Y porqué nó”, decía un chico llegado del otro lado (de Gatineau)
del cual no vamos a dar el nombre, “si tuviéramos que creerle a todas esas
viejujas, esas niñitas que dicen que se las raptan los aliens y se lo mandan
guardar bien guardado, esos fulanos y cabritas que creen que los discos
voladores los van a venir a buscar a ellos, las preciosuras, que claro que se
iban a estar dando el trabajo de crear la civilización aquí en la tierra hace
miles de años para después venir a buscar a esas ricuras, o esa gente que se
cree que los ángeles en patota se preocupan hasta de los peos que se tiran para
tomarle el olor”, pero ahí interrumpió el obrerista del Méndez-Roca qué se
creen, lo que pasa es que toda esa gente, esos sujetos son ciudadanos del
Centro Industrializado y Desarrollado, tienen una idea requeteinflada de su
importancia, fruto además de esa cosa protestante, de relación personal con
Dios, de la privacidad, pero por otro lado sufren además de la alineación puta
madre en sus ciudades. Claro que ahí sí que se enredó porque cómo se puede
hablar a la vez de la alienación de esos pobres diablos y a la vez decir que
tienen una idea inflada de sí mismos. Pero a Méndez-Roca con trago, que se
enoja cuando no le ponen el guión entre los apellidos aunque todos sabemos que
llegó exilado por comunista, se le va la lógica Aristotélica en collera.
Y no es que
no estemos más o menos en el mismo bote. Pero las cosas han cambiado. Una de
las últimas veces que estuve en el país que me vio nacer (cómo estamos), me
acuerdo que el contacto que teníamos para conseguir mota en un pueblo más o
menos grande del sur que no voy a nombrar, me entenderán, era un cabro de la
Jota, es decir la juventud comunista, un activista cultural y poeta joven
bastante conocido. Un amigo mío que me consta que todavía está en el Partido
Socialista de mi país, que no voy a nombrar, así como a mi amigo, no hace mucho
que publicó una novela de búsqueda interior, de mensajeros de un más allá no
tan sólo físico, que te van a arrebatar paulatinamente de esta vida cotidiana
tan fome a un estado superior, quizás a la inmortalidad o a la
superconsciencia, a lo mejor una metáfora de un estado más o menos alcanzable,
pero en fin, eso para decirles, cómo están las cosas.
Y que
todavía a veces le estamos poniendo, le echamos unos cigarritos perdidos, pese
a que ya alguna gente de la generación de uno se desploma fulminada de esto o
lo otro y están empezando a ralear las filas antes apretadas de las cohortes
generacionales, dejándole el lugar a unos jovenzuelos aficionados a la
historia. Al menos es lo que nos gustaría creer. Pero hace bastante tiempo que
conocí a una señora alemana que era teósofa, trabajaba en un diarito que se
publicaba en el sector centro de la ciudad y que me quería legar su cuerpo para
que se lo preservara cuando se muriera. No hay que olvidarse que en mi
generación los movimientos de la izquierda más radical andaban codo a codo con
una cantidad de sectas iniciáticas y cultos nacientes y muchos de nosotros, de
manera implícita o explícita, creíamos en la coexistencia en la cabeza, y a
veces en el mundo concreto de todos los días, de diferentes espacios, casi tan
heterogéneos como los que se encuentran en el mapa abigarrado de nuestra
capital del sur, y eso lo hemos tratado de decir o manifestar en unos intentos
de formulación literaria hace ya mucho tiempo, pero no había mucho interés,
parece.
Pero no nos
salgamos del tema, y mientras uno se levanta para ir al baño y el otro trata de
atraer la atención de la mesera a la mesa de la terraza, yo saco unos de los
dos cigarrillos que me pasó x, cuyo nombre tampoco voy a revelar, y que estaba
sentado solo, en una mesita de otro boliche que queda como a dos cuadras por
este mismo lado, el Creepy’, donde se lo pasa todo el día tomando café, porque
el X no toma, pero que me estiró la mano con los cigarrillos y la tiró para
atrás cuando ya los iba a tomar, mientras me hablaba sobre uno de sus rollos,
ése que tiene que ver con esos extranjeros que han llegado ahora último, con pinta
medio de eslavos, las niñas que no sé qué se creen, todos me conocen en el café
y no me quiso contestar al comienzo, y al final cuando iba saliendo había
tratado de nuevo y le había contestado con un acento pesado que estaba muy
apurada que la dejara pasar por favor, chiquitita y bien formadita, pero con un
desplante casi napoleónico, muy de gente chica, como si lo fuera a atajar, lo
único que quería era saludarla, porque me sentía bien y la encontraba
diferente, eso era todo, pero esos recién llegados no sé qué se creen, y claro
se olvida que aunque llegó hace tiempo él tampoco es de aquí, pero eso le pasa
a muchos que llegan, que al cabo de un tiempo miran para abajo a los que recién
llegan, a los somalíes que se paran en grupos en las esquinas, en los malles y conversan, que no dejan pasar, que son muy
gritones, como si ahora que están aquí quisieran pegarle una patada a la
escalera, para evitar que otros suban a esta balsa, una de las pocas que quedan
a flote en este mundo en que nos debatimos, aunque ya parece que está
comenzando a hacer agua.
Pero esto
no viene muy al caso. El otro día me perdí una reunión bastante empingorotada
que hicieron en el Press Club de la ciudad, se estaba presentando una antología
de lo que aquí se llaman los New Arrivals, gente llegada hace poco al país que
relatan sus experiencias en esta nueva tierra de acogida, pero una persona que
conozco, cuyo nombre no voy a revelar y que estaba presente, me dijo que una
mujer que era la anfitriona oficial parece que le iba a conseguir un
financiamiento para un libro que la susodicha quiere publicar, bastante bueno
yo creo, me dijo que era una mujer bajita, de una tez bronceada, de edad
imprecisable, cuya proveniencia étnica no pudo precisar, pero que tenía un
magnetismo especial, ella misma se sintió atraída por ella y parece que le
pasaba a otros, que prácticamente se le arremolinaban, tenía un acento muy
curioso, como con una resonancia apagada, y parecía consciente de esa sensación
que despertaba en la gente, ya que trataba de pasar desapercibida, de no llamar
mucho la atención, aunque era obvio que tenía un papel bastante importante en
esa ceremonia. Aunque la mujer que me contaba esto tiene una vasta experiencia
en el contacto con lo que así se llaman las comunidades étnicas—alguna vez fue
la presidente del Ottawa Carleton Immigrant Services, se me salió, no pudo
situar su origen ni su acento. Pero yo me apresuré a decirle que eso no era
nada. Yo he vivido en Montreal. Voy a Toronto con bastante frecuencia, y me ha
tocado más de una vez encontrarme con gente que me cuesta bastante situar, en
esas ciudades hay por lo menos decenas de comunidades étnicas, y varias veces
me quedo pillo cuando me toca ver algunas mujeres mestizas bellísimas, de unas
mezclas adivinadas, cuyos productos te quitan el aliento. Viva el
multiculturalismo, aunque no le guste mucho incluso a algunos escritores
étnicos de nota, como el señor Bisonda por ejemplo. Viva Vasconcelos, el
pensador que alguna vez afirmó que la mezcla de razas y culturas que se daba en
el continente americano iba alguna vez a constituir una nueva Raza Cósmica,
aunque hay muchos que no le perdonan otros matices ideológicos al insigne
mexicano.
Y yo
también he visto a veces a esas mujeres chicas, la última vez en un lanzamiento
de un libro curiosamente sobre la Isla de Pascua. Había varia gente bastante
extraña, y una mujer con esas características, que desempeñó un papel
prominente. Pero este tipo de elucubraciones siempre las hago esos días en la
mañana temprano en que me dirijo a tomar desayuno en algún boliche, no muy a
menudo, porque estoy en una edad en que los rollos en la cintura y la sombra
amenazante del colesterol y los rollos en la cintura se agazapan detrás del
horizonte, aunque (toco madera) hasta ahora no han aparecido signos de esas
aflicciones. No hablemos de otros. Por temprano quiero decir a veces las seis
de la mañana, ya que por el mismo factor anterior, la edad, aunque además por
mi constitución nerviosa desde chico, duermo poco, me doy vueltas en la cama
hasta que decido levantarme y salir.
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About Me
- j.etcheverry
- Ottawa, Ontario, Canada
- Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.