Thursday, May 26, 2011

Jardín del edén

Arturo Méndez-Roca

La salvación de la humanidad iba a ser un procedimiento de máquinas. De más está decir que nosotros no lo podíamos hacer. En esto estoy pensando cuando se procede a seleccionar al elegido para la misión. Somos dos, pero eligen al otro, que se mete primero a la caja, una especie de ataúd metálico o un guardarropa vertical, muy angosto. Pero no se puede cerrar, porque yo tengo que entrar también en la caja, para que se produzca la interacción. Cabemos apenas, él y yo, apretujados, nos ahogamos. Medio asfixiados pujamos por abrir la puerta. Luego al fin nuestras fuerzas aunadas y multiplicadas consiguen romper la caja, salimos, él bajo la forma de lobo y yo con la de león. Afuera hay un territorio vasto, que multiplica sus formas, sonidos y colores para estos nuevos sentidos de fiera míos. Los límites no se advierten. Hay colonias de animales—mato uno ejercitando estos nuevos instintos, esta nueva potencia—y gente, lo que queda de humanidad en el mundo, unos 60.000 como llegaremos a saber más tarde. Ellos nos acogen como a salvadores y guardianes. Para vigilar el perímetro no basta ni con la inteligencia humana ni con la fuerza, agilidad y sensitividad animal. Por eso las máquinas nos han elegido, trasmutado y trasladado hasta acá, a este último refugio humano que han posibilitado. No por compasión. Sino fascinadas por dos cosas: el proceso de reproducción de los tejidos vivos y esos elementos tan específicamente humanos que siempre dábamos por supuestos. Lo que solíamos llamar cultura. Que las máquinas pueden desarrollar a partir de las cosas ya existentes, en infinitas y complejas repeticiones, combinación es y mutaciones. Pero que no pueden originar de la nada simplemente por la trasmutación de ingredientes materiales y la aplicación de patrones.

Tuesday, May 10, 2011

Socialismo cibernético

Jorge Etcheverry como El abuelo

Parecía que todo el mundo estaba preocupado por las próximas elecciones federales en el país, hablamos de Canadá. Eso llenaba los medios, que aparte de la próxima boda real inglesa, no hacían más que repetir los ires y venires y las caras de esos tres políticos que a la postre y aparentes diferencias, iban a gobernar más o menos lo mismo, como está sucediendo en general en el Mundo Desarrollado y en gran parte del otro, que ahora se llama Mundo en Vías de Desarrollo, para no ofender ni mirar en menos. Bueno, pero aunque la gente no está ni ahí—para usar una expresión de mi país de origen—con este evento cívico, la cosa política está de todas maneras más o menos agitada. Cosa del ambiente. Claro que, otra vez, este interés en la política sólo entre la poquísima gente que se preocupa, o a la que le interesa la política por estas latitudes, muchas de ellas personas de origen extranjero que han venido a parar aquí escapando conflictos o penurias en las cuatro esquinas del mundo. Porque hay que reconocer que con todos sus bemoles, todavía en este país la vida es bastante fácil en comparación y no te van a estar metiendo preso o haciéndote desaparecer por tus ideas políticas (todavía). A lo más, en un futuro a lo mejor lejano, está la ínfima posibilidad de que en un futuro quizás próximo, un joven bomba imbuido en un delirio escatopornográfico te haga volar en pedazos. Pero no a ti como persona, no es nada personal sino de convicciones, sino como habitante de la ciudad, transeúnte, ciudadano occidental, pasajero o consumidor en el paseo público, bus, tren o mall de que se trate.

Bueno, pero ya nos estamos yendo por los cerros de Úbeda, como dicen los españoles. Cosas de la edad, uno empieza a desvariar y a dar lecciones, sobre todo si ha sido profesor, como el que habla. Defecto que también tiene el Beto, un argentino casi de la edad mía, pero que se le nota más, que en su momento estuvo en el ERP en Argentina, después pasó a Italia y ahora vive aquí. Bastante desilusionado de la izquierda italiana—la mayoría del electorado que votaba por las diferentes izquierdas y a la postre siempre salía la derecha—, por ejemplo, las interminables discusiones, la falta de organización, el caudillismo y el personalismo, el nepotismo y el amiguismo. Me lo dice a me, pensé para mis adentros mientras lo escuchaba, dejando que se me enfriara el café, cuyo número de tazas diarias he disminuido por razones de salud. Y pasó a decirme que el socialismo científico por estos días no tenía nada de científico—Cuéntate una nueva, pensé—, que se había demostrado por ejemplo en Libia, Sudáfrica, Zimbabwe, en alguna medida Nicaragua, etc., que en todas partes menos, parece, en Cuba, que una de las causas del derrumbe del campo socialista era que los mandatarios y líderes, las cúpulas partidarias, empiezan de lo más bien, pero al cabo de unos años o décadas se corrompen, se les sube el poder a la cabeza, les baja la locurita y/o la persecuta y empiezan a repartirse el país con sus colaboradores, a liquidar a sus percibidos competidores y terminan convertidos en unos dictadores rodeados de una camarilla. Incluso el tata Stalin, que había llenado las oficinas del Kremlin de coterráneos y compinches y no había dejado a títere con cabeza entre las diversas posiciones y tendencias del campo socialista. “Eso es disco rayado”, le dije “ya lo dijo el Barbas de Chivo (Trotzky) en Los crímenes de Stalin y en La revolución traicionada. Además en una de éstas es cosa de la condición humana, ya que todavía ¿todavía? Somos unos animales”, le dije. Claro que sé muy bien que esto va a contrapelo con esa idea de los marxistas, o de algunos que se proclaman marxistas (¿cuáles, a estas alturas?) de que los humanos somos fundamentalmente buenos, unos angelitos, que las masas tienen una brújula infalible (el instinto de las masas). Eso fue más o menos lo que dije,

Pero él, que siempre ha sido acelerado y más cuando está nervioso, ya me estaba diciendo que si había visto esa serie de películas de los Terminator, de ese futuro regido por máquinas, que había un grano de verdad en todas esas representaciones de la cultura de masas—y no tan de masas, tuve ganas de decirle—yo no me he perdido una, y hasta me compré los libros, y eso que tengo un doctorado y por ahí hasta dicen que soy un intelectual. Pero había cierta razón en su argumento posterior. Y aunque parezca al comienzo descabellado, a lo mejor es una buena manera de evitar la corrupción y la decadencia de los regímenes socialistas del ‘socialismo real’, como a veces todavía se le denomina curiosamente. Todavía no conozco un socialismo irreal. Bueno, las derechas siempre dicen que el socialismo va contra la así llamada ‘naturaleza humana’, sus portavoces más furibundos suelen combinar el fundamentalismo cristiano y una concepción darwiniana harto materialista del hombre, lo que tiene un resultado totalmente esquizofrénico, pero que les funciona, ya que todavía están manejando el buque y cortando el queso de lo más bien.
Bueno, para resumir el Beto me dijo que los avances de la tecnología y la cibernética, el aumento de la capacidad de los computadores, la nanotecnología, las avanzadas técnicas en la medicina, etc.—Guagua L’Amore, que ahora es mesera en este café, dejó el estriptease y está matriculada en la universidad, trataba de escuchar con la oreja parada—harían posible tanto la realización del mito del ciborg, alianza del cuerpo humano y elementos mecánicos, como de las supercomputadoras que a su vez podrían generar inteligencia artificial. Los futuros partidos revolucionarios/socialistas del futuro tendrían un Comité Central compuesto de inteligencias artificiales y para poder entrar en sus ‘mandos medios’, las personas tendrían que probar que eran un 60% artificiales por lo menos.
Conversando con Guagua (no su verdadero nombre) unos días después, en el café, le tuve que decir que en principio lo del Beto no parecía tan descabellado y que lo iba a llamar por teléfono—curiosamente a ese apóstol de lo virtual no le gusta usar email— para disculparme por haberlo tomado un poco en chunga y haberme puesto tan pesado y un poco irónico. Guagua me decía que si él venía a compartir conmigo sus cosas, las ideas que se le ocurrían, era porque me respetaba y me consideraba y que yo no tenía derecho a portarme irónico con él. Luego me dijo que en todo caso ya se le había pasado en enojo y que ahora estaba en otra, que le había dicho que las fotos de Bin Laden no iban a ser dadas a conocer nunca porque iba a quedar en evidencia que era en realidad un extraterrestre...entonces volví a guardar el celular. Creo que voy a borrar el número del Beto

Monday, May 9, 2011

Neruda en el Pedagógico

Jorge Etcheverry

Cuando tomado por los estudiantes, con apoyo de gran parte del cuerpo docente y administrativo
en una de las jornadas de la reforma universitaria en los sesenta
de repente llega el vate lee para apoyar
la toma de la facultad
la reforma universitaria
a los cabros, las chiquillas de las barricadas y las aulas
el cambio en Chile
Que se iba concretar en unos años y sería cancelado a sangre y fuego
y que nos iba a esparcir con muchas otras voces emergentes o maduras, marginales o de corriente principal
Que como bandadas de gaviotas se irían a posar en los Cuatro Costados del Mundo, algunos se quedaron por ahí anidados
A ratos y a veces en su obra, recuerdan a Neruda.

Pablo Neruda que con su boina de ferroviario leyó creo que de Alturas
Matilde canta o lo acompaña en guitarra
No me acuerdo
Algunos compañeros nos vinimos a ver desde las barricadas que habíamos levantado justo afuera de la facultad
Poetas en ciernes, militantes o simpatizantes de diversas agrupaciones y partidos de la izquierda
simples estudiantes metidos en el bollo
Perfiles y nucas jóvenes
Amigos que empezaban aventuras poéticas con diverso nivel de afinidad
o futura divergencia
Otros con quienes nos acercábamos o distanciábamos en las estrategias o tácticas que llevaran al Mundo Nuevo
Que íbamos a crear
Las alternativas para tomar el cielo por asalto
se nos proponían como abanico prometedor, quizás desde ese cielo
Que íbamos a instalar aquí, entre nosotros, al alcance de la mano, en el barrio
Que de eso se trataba
En medio de toda esta conversación abierta de un país una nación
Que en ese momento preparaba sin saber esos cambios, que como digo
se ahogaron en sangre
pero quizás no totalmente

Pero antes
Neruda ahí en medio de los estudiantes y los años
Su voz y la melena roja de su compañera
Sus palabras como pájaros oscuros o claros sobrevolando todo
Conectando tiempos
Y nosotros ahí repito armando un poco una parte de nuestra vida con esos hilos de colores
Para formar el vasto tapiz ése que fue el de la revolución fracasada
Y de las revoluciones tergiversadas
o logradas
Y de otras que se vislumbran venir a lo lejos
Y de ese otro mundo nuevo
A lo mejor

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Ottawa, Ontario, Canada
Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces
Chile, 2005, Foto de Patricio Luco. Se pueden ver en esta "Biblioteca mínima indispensable" el Manual de Carreño, el Manifiesto Comunista y Mi Lucha

Chile, 2005

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Una foto con el vate Nicanor Parra, candidato al premio Nobel de Literatura