Esta crónica de Anita Junge, autora chileno canadiense, fue leída por ella el 21 de septiembre recién pasado, en el evento organizado por el Taller Cultural El Dorado, en Ottawa, Canadá
Amigo, mi madre me agregó la foto de los Huasos Quincheros, en FB para alegrarme. Eso fue todo. Sus recuerdos. Aprendió a tocar guitarra con la Clara Solovera y a veces la acompañaba. Más adelante yo aprendí a tocar guitarra con Sergio Sauvalle, por seis meses, a los trece años y al mismo tiempo, mi hermana decidió a aprender a tocar guitarra con Alfredo Sauvalle. Fueron clases magistrales. Para mi viejita de ochenta y tres, esto es parte de su vida, y ella fascinada con ese folklor que llamamos artificial, que en ese entonces pasaban por las radios. Hasta el día de hoy, sigue hablando del folklor de toda América, mostrando fotos y relatos en FB. Es una mujer extraordinaria. Aprendió a manejar el Face Book a los ochenta.
Durante mis vacaciones en el campo, iba a las fiestas de la vendimia, en donde la Carmen tocaba su guitarra con tres cuerdas, por horas, con el mismo sonsonete sin que molestara a nadie y el galpón lleno. No hay nadie capaz de decirnos que no aprendimos nada en ese entonces. Todo lo contrario. La inmersión que recibimos, fue maravillosa y esos son mis recuerdos, a la par de los de mi mami.
Al poco rato apareció Eugenia de Québec en FB. Me encantan los Huasos Quincheros, dijo...y sobre todo cuando cantan, "El Patito chiquito no quiere nadar... es muy divertida... Me imagino una estupenda experiencia, con ellos dijo, felicidades…
Gracias le contesté feliz…
A los trece fue que nos llevaron a Iquique por lo de las anchovetas, y yo con mi guitarra con las cuerdas sueltas, en el avión. No tenía idea lo que iba a suceder. Lo que me pasó ya lo he contado. Fue la etapa más interesante que haya vivido en esos años.
Arremetió el compadre "... estos “huasos”, que respaldaron decididamente el golpe militar, se transformaron en embajadores a nivel internacional de lo que pasó a denominarse como el “verdadero folclore chileno”, y apoyaron activamente a las nuevas autoridades, no sólo en eventos musicales sino también en la promoción de iniciativas tendientes a rescatarla chilenidad." (cita: DICTADURA MILITAR EN CHILE Antecedentes del golpe estético-cultural por Luis Hernán Errázuriz, Pontificia Universidad Católica de Chile) …
Ni perdón, ni olvido, agregó al final…
Entiendo. Por favor lee mi mensaje FB.
De ahí me cambié de músicos, la Violeta, con los Parra, El Gitano, gente de la UP. Tengo recuerdos de cargar sacos de harina para hacer pan en las Torres de San Borja. Hasta las mujeres chileno-canadienses saben que soy de izquierda y que soy ex-prisionera. Y eso es extraordinario. Tranquilo amigo…un abrazo...
No había caso, se amurró…
El tema de la foto de los Huasos te recuerda tu vida en Chile. Entiendo tu rabia y más. Yo hablo de un tiempo viejo, caduco…
Tengo 63 años. Mis recuerdos van a 13 años. Nos fuimos a Iquique, a conocer el Chile real. De vuelta a Santiago, me fui a un liceo, no al colegio alemán, le dije a mi padre de largarse, por asuntos que le pillé con una amante con guagua. Mi vieja me mandó a estudiar y a trabajar a los 17. Fui a la escuela de taquígrafos, para pagar la olla y unos meses me casé con un comunista, el cual me consiguió mi carnet de comunista en la 7, con dos peques en ese entonces.
Desde el Golpe, me pillaron al tercer día y me llevaron los pacos con metralletas. Me obligaron a subir al bus verde con muertos y heridos en el suelo, y nosotras en pié sobre ellos, pasaron hartas cosas, que no contaré nunca. Cuando hablo de esto, me siento en la diferencia con los de la oligarquía, que no vi ni me junté en toda mi vida, y me corren las lágrimas por siempre, puesto que nada ha cambiado compadre. Hoy sigo acarreando miedo y tortura. Mi pena no se va nunca compañero.
¿Vas a El Dorado este septiembre? Llevo una ensalada de papas.
Un abrazo,
Anita