Wednesday, May 21, 2008

Comentario a “Cartas de un sobreviviente de la política de Rebelión Popular

Jorge Etcheverry Estos poemas se inician con un título que ya es alentador y de alguna manera va a contracorriente del simplismo que parece inundar las letras no tan sólo chilenas. El predominio del internet ha tenido como una de sus secuelas, aparte del gran aumento del lectorado potencial (teórico), una simplificación del texto. Los productos poéticos anfibológicos o ambiguos tienden a desaparecer reemplazados por formas más directas e unívocas, no sólo en la poesía. Por ejemplo, el actual auge de la microficción es impensable sin el internet. Al aumentar cuantititavemente el lado de la recepción, se ha simplificado automáticamente, por la misma dinámica del medio, el mensaje trasmitido o comunicado y la forma que lo vehiculiza. Desde el comienzo estos poemas se instalan en la atención del lector con un signo de interrogación: ¿Qué diablos son estas “Cartas de un sobreviviente de la política de Rebelión Popular a un renegado de la UP?”¿Es esto poesía?. Aquí queda en claro que estos textos se plantean desde una concepción de la poesía de la que muchos participantes en listas y movimientos de poetas de expresión virtual y de la otra dirían que “no es poesía”, por la cotidianeidad de su lenguaje y su tendencia a lo intergenérico. El elemento epistolar pasa a dar lugar a la interpelación coloquial al lector ya desde la segunda línea del primer poema “Pero, para usted la frase”. La multivocidad o pluritextualidad, que ha sido una característica definitoria de la poesía en castellano, olla podrida de la expresión escrita, ya asoma la cabeza en los versos 4 y 5: “Las hojas caen y vuelven a rejuvenecer; dormitando con sus barrigas pegadas a la tierra”. Aquí es obvio el cambio de registro de la tradicional (y casi diríamos manida) imagen de las hojas muertas * a la ‘barriga’ del verso siguiente, que introduce un elemento casi juguetón. Aunque no nos gusta esa crítica que se dedica a parafrasear o volver a expresar lo ya dicho en los textos, no nos queda más que reproducir estos versos que eficazmente capturan la atención del lector con sus desplazamientos: A veces, el otoño se eternizaba entre aullidos feroces, de jóvenes con aire vivaracho./ Nadie, se molestó en decirnos que tomarse el poder -estaba pasado de moda-. Luego del establecimiento del contexto, o ‘estado de cosas’; “Pasamos de la tragedia a la comedia”, ya desde el primer verso y el dramatismo de esos ‘aullidos feroces’, se pasa a un ‘mood’ que anuncia la ironía y la parodia, con ese ‘vivaracho’ que contrasta con esos dramáticos aullidos, y a los coloquialismos de los dos últimos versos que plantean la situación tan económica como eficazmente. Así la ‘metida’, el inicio del texto, no se disgrega en latosos prolegómenos y planta al lector directamente en lo que se trata. Independientemente de aceptar lo que estos poemas nos proponen en términos de mensaje: la insinuación más o menos implícita de una especie de ‘puñalada por la espalda’ perpetrada contra una generación joven, a medias con su complicidad entusiasta, uno puede solidarizar o no con la postura del poeta. Pero no puede poner en duda la vigencia de esa problemática, que quizás nos toque de cerca, la de esa generación que creía (a lo mejor sólo a medias) que iba a tomar el cielo por asalto. Pienso que el tono, el estilo y los elementos de contenido de esta poesía son los más adecuados para expresar esta problemática y comunicarla. Y quizás haya algo más, si uno sustituye las fechas y en vez de 1986 pone 1973. Un replanteo de una situación no solucionada en la historia de Chile y su así llamada ‘conciencia colectiva’, que implica varias generaciones. Esa voz poética individual y a la vez colectiva se hermana (y creemos que reconoce) a la de José Cuevas, que de manera similar hace el mismo trabajo para una generación de la que yo también formo parte (los dinosaurios 60 frente al golpe). Una deuda de esta poesía que es preciso señalar es con Nicanor Parra y la antipoesía, no por contenido ni siquiera por forma, sino por que a partir de ahí es posible introducir lo cotidiano, el lugar común y el dialogismo en la poesía a rajatabla. La soltura, acierto y (aparente) facilidad con que Cid juega con los heterogéneos elementos que intervienen en su producción textual dan cuenta a la vez de estas deudas, y quizás de otras, y del indudable individualismo y originalidad de un intento (valido) de saldar las cuentas con la historia, su generación y (a la postre) consigo mismo *LES FEUILLES MORTES letra: Jacques Prévert música: Joseph Kosma ”Oh! je voudrais tant que tu te souviennes Des jours heureux où nous étions amis En ce temps-là la vie était plus belle, Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui Les feuilles mortes se ramassent à la pelle Tu vois, je n'ai pas oublié...”! Yves Montand (1950) El tema de esta canción es coincidentemente la memoria Cartas de un sobreviviente de la política de Rebelión Popular a un renegado de la UP. 1. Pasamos de la tragedia a la comedia, Pero, para usted la frase, es un dato más de la causa. Las hojas caen y vuelven a rejuvenecer; dormitando con sus barrigas pegadas a la tierra. A veces, el otoño se eternizaba entre aullidos feroces, de jóvenes con aire vivaracho./ Nadie, se molestó en decirnos que tomarse el poder -estaba pasado de moda-. O que era un patrimonio particular, de los Centro Americanos. Claudio Paredes, murió sin saberlo. Pedro Riveros se habría ahorrado unos cuantos años de cárcel, si se hubieran tomado la molestia, en informarnos. Debe ser por eso, que al distinguirlo con su traje pulcro y aire europeo; hablando de las bondades del empresariado. Una imagen, entre varias de otra época cruzan por mi mente cual zapping, pero, en formato de fotonovela. Lo (re)-creo barbón y de poncho, con aire monacal, citando de corrido el manifiesto comunista, en versión de Marta Harnecker; mientras los proletarios del rincón del mundo, lo aplauden a rabiar. Confundo la escena con un recital de los prisioneros, en los albores de 1985. Pero usted, no es Jorge González, y su chaleco artesanal evoca -guardando las distancias- lo mejor de la rebeldía criolla, de una época. Y la mano izquierda, agitándose en el aire pesado, del Santiago trémulo, de ese entonces; es un guiño a una postal de Lenin, y el tono, una perfecta alegoría, a la primera declaración de la Habana. ¡Sin duda!, un buen actor. Aunque dicen, se especializó en economía. Lástima … Era todo un talento. 2. Todo lo sólido se disuelve en el aire. El Colegio Latinoamericano, ya no existe. Los leones 1401, es ahora un conjunto de departamentos. Manuel Guerrero, ya no espera a sus niños; y el ruido del helicóptero de esa mañana del 29 de marzo, se perdió, en los quehaceres de la carne. Marx, tenías razón: “Todo lo sólido, se disuelve en el aire”. Pero, la fragilidad de la coherencia permanece. Nadie, podrá recordar el nombre de uno sólo de sus asesinos, los llamarán de modo genérico: “criminales”. A pesar de eso, la sala vacía / espera. Los niños de esa época / esperan, verte ingresar silbando, con el libro bajo el brazo. 3. “Los seres humanos hacen su propia historia, bajo circunstancias influidas por el pasado” Me hubiera gustado: Ver a Esther Cabrera, pasear con sus hijos, discutiendo por las tonteras del trans-Santiago. O, asistir a una presentación de fotografías de Rodrigo Rojas, en el museo Salvador Allende. Pagaría unos cuantos boletos de lotería, por tomarme una cerveza con Mauricio, en alguna picada de Vicuña Mackenna. Mientras, le sonríe a las camareras, y yo, pegándole patadas bajo la mesa, en un atisbo de disciplina./ Tan infecunda, como pretender frenar sus polvos, en la casa de seguridad. ¡Móntate a cualquiera boludo! Diría ahora, cuando es tarde y pasó la vieja. 4. Veterano del 86 (1) El veterano del 86, no fue doblegado por el liceo intervenido, ni por los años de empleo mínimo, ni por las cesiones del Cuartel Borgoño. Siguió firme, con su vocación de “tonto útil”. Practicó todas las formas de lucha, incluyendo las del ring de cuatro perillas. Votó (NO) y esperó el resultado con un M 16, bajo el brazo. Lo invitaron a devolver los fierros: sin ceremonia, sin escarapelas, declarándolo de facto, veterano permanente de una guerra imaginaria, en el país donde el sufragio particular, es la metáfora imperfecta de la cobardía. 5. Veterano del 86 (2) Volvió como lo hacen los veteranos, escaso de ropas y modales. Regresó, luego de su estancia en el país de las alcantarillas. No precisamente, tras un conejo. Mucho menos, disfrazado de Alicia. 6. Juan Pereira Cuando Juan Pereira Fica, pasó a retiro, su mujer era la más contenta. Veintidós años de servicio con sus días y noches, eran suficientes. Se fue, con su hoja de servicio impecable. Con la satisfacción del deber cumplido. En sus manos, todos cantaron y no fue necesaria tanta sofisticación: ni submarino seco, ni una noche en la parrilla, ni penetraciones a la fuerza. Pura propaganda marxista, A mí, nadie me podría decir “El perro Pereira”. Guatón sí, porque interrogar engorda. ¡Para que vean el relajo!. 7. Les costo un poco; pero, Miguel Enríquez está muerto, el obrero Juan Alegría Mondaca -sin tener arte ni parte- recibió lo suyo. Ricardo Valenzuela, cayó por la espalda. Juan Waldemar Henríquez, murió en combate. Y usted, que tanto vociferó con la lucha de clases, lo tienen de gerente, asesor y lobbista.

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Ottawa, Ontario, Canada
Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.

Instalación en la casa de Parra en Las Cruces

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Chile, 2005, Foto de Patricio Luco. Se pueden ver en esta "Biblioteca mínima indispensable" el Manual de Carreño, el Manifiesto Comunista y Mi Lucha

Chile, 2005

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Una foto con el vate Nicanor Parra, candidato al premio Nobel de Literatura