Edgardo Sapiaín
Así
El planeta
Como vasta redoma
Envuelta en los gases naturales
De su atmósfera
Y las estrías crecientes
Letales
Por nosotros creadas
Que como un reloj de arena
Dejan pasar sus granos
Uno a uno
Hasta el enrarecimiento definitivo
Del aire
Todo visto desde ese satélite sempiterno
Achurado por milenios del roce
De gases interestelares
El impacto de partículas de diverso grosor
Que nos sobrevivirá
A nosotros sus creadores
Sonámbulos
Un minuto de conciencia
En el cosmos
Blogista de algún modo personal, pero que acepta anuncios, colaboraciones y comentarios de lectores y etcheverroides. Dedicada sobre todo a textos, literatura (eventos, artículos, crítica, metacrítica, etc.), política en sentido amplio--y en el otro-- e ideas. Dirigir la correspondencia a jorgecheverry@yahoo.com o a jorgeetcheverry@rogers.com
Friday, August 26, 2011
Thursday, August 4, 2011
Otra de Dios
Arturo Méndez-Roca
Imagínate que en algunos casos en que el eventual condenado en realidad no va a estar friéndose o asándose por mucho tiempo, ya que si bien algunos teólogos y gran parte de la tradición eclesiástica sostienen de manera en general implícita que los condenados lo son por la eternidad, sin importer mucho el tipo de pecado--piensa tú en una especie de mecanismo para adelantar un poco la pena, lo que incluso puede llevar a que el presunto condenado pase derecho al purgatorio o al cielo, ahorrando así espacio y trámites. En estos casos se le otorgan al pecador venial o compensatorio (pecador compensatorio: aquel que, si bien peca su buen poco, es a la vez objeto de traiciones, torturas o vilezas que equilibran un poco la balanza en su caso), unos años o lustros de un cierto infierno en la tierra, durante la vida, que puede que hagan exclamar al objeto de esta medida que « la vida es un infierno ». Pero oscuramente, y en los casos análogos al mio que conozco, nunca les he escuchado enunciar, oralmente o por escrito, « qué he hecho yo para merecer esto », ya que en el fondo nosotros somos perfectamente conscientes de lo que nos pasa y porqué nos pasa, y si no somos católicos o en general trascendentalistas, pensamos en una especie de Karma, en una ley de las compensaciones que se insinúan incluso en las mentalidades más modernas y materialistas, incluso en la de militantes o ex militantes de la izquierda, pero que además puede adquirir un vago lenguaje científico, tesis antítesis, acción reacción, globalización localización etc., lo que hace que incluso mentalidades como la mía, no desconocedoras de los mitos ocultistas y religiosos pero con una sana formación materialista de base se sientan confortables en el seno de una parecida concepción
Imagínate que en algunos casos en que el eventual condenado en realidad no va a estar friéndose o asándose por mucho tiempo, ya que si bien algunos teólogos y gran parte de la tradición eclesiástica sostienen de manera en general implícita que los condenados lo son por la eternidad, sin importer mucho el tipo de pecado--piensa tú en una especie de mecanismo para adelantar un poco la pena, lo que incluso puede llevar a que el presunto condenado pase derecho al purgatorio o al cielo, ahorrando así espacio y trámites. En estos casos se le otorgan al pecador venial o compensatorio (pecador compensatorio: aquel que, si bien peca su buen poco, es a la vez objeto de traiciones, torturas o vilezas que equilibran un poco la balanza en su caso), unos años o lustros de un cierto infierno en la tierra, durante la vida, que puede que hagan exclamar al objeto de esta medida que « la vida es un infierno ». Pero oscuramente, y en los casos análogos al mio que conozco, nunca les he escuchado enunciar, oralmente o por escrito, « qué he hecho yo para merecer esto », ya que en el fondo nosotros somos perfectamente conscientes de lo que nos pasa y porqué nos pasa, y si no somos católicos o en general trascendentalistas, pensamos en una especie de Karma, en una ley de las compensaciones que se insinúan incluso en las mentalidades más modernas y materialistas, incluso en la de militantes o ex militantes de la izquierda, pero que además puede adquirir un vago lenguaje científico, tesis antítesis, acción reacción, globalización localización etc., lo que hace que incluso mentalidades como la mía, no desconocedoras de los mitos ocultistas y religiosos pero con una sana formación materialista de base se sientan confortables en el seno de una parecida concepción
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About Me
- j.etcheverry
- Ottawa, Ontario, Canada
- Canadá desde 1975, se inicia en los 60 en el Grupo América y la Escuela de Santiago. Sus libros de poemas son El evasionista/the Escape Artist (Ottawa, 1981); La calle (Santiago, 1986); The Witch (Ottawa, 1986); Tánger (Santiago, 1990); Tangier (Ottawa, 1997); A vuelo de pájaro (Ottawa, 1998); Vitral con pájaros (Ottawa; 2002) Reflexión hacia el sur (Saskatoon, 2004) y Cronipoemas (Ottawa, 2010) En prosa, la novela De chácharas y largavistas, (Ottawa, 1993). Es autor de la antología Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá, Canadá, 1993. Tiene prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, España y Polonia. En 2000 ganó el concurso de nouvelle de www.escritores.cl con El diario de Pancracio Fernández. Ha sido antologado por ejemplo en Cien microcuentos chilenos, de Juan Armando Epple; Latinocanadá, Hugo Hazelton; Poéticas de Chile. Chilean Poets. Gonzalo Contreras; The Changuing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, de Sandra E.Aravena de Herron. Es uno de los editores de Split/Quotation – La cita trunca.